WASHINGTON, (IPS) - Turkmenistán está en condiciones de respaldar con un considerable poder armamentístico sus reclamaciones sobre algunos partes del mar Caspio ricos en hidrocarburos.
Los abundantes recursos naturales que hay bajo esas aguas y en los alrededores han impulsado a los estados litorales, Azerbaiyán, Irán, Kazajstán, Rusia y Turkmenistán, a potenciar sus capacidades navales.
Loa analistas coinciden en que Rusia tiene la flotilla más poderosa del mar Caspio. Pero está en discusión quién es el número dos.
En la región, Irán ha estado tradicionalmente en un segundo plano, detrás de Rusia. En la actualidad, se considera que las reclamaciones de Teherán sobre el 20 por ciento del mar es el mayor obstáculo que se interpone en el camino de un tratado regional que facilitaría la extracción de energía a gran escala.
Rusia y otros países que formaron la hoy disuelta Unión Soviética sostienen que Irán solo debería tener derecho a un 13 por ciento del Caspio.
Según un informe de fines de junio distribuido por la agencia semioficial de noticias Fars, Teherán planea ahora desplegar «submarinos ligeros» en el mar Caspio. El informe no especifica ni la cantidad de estas naves ni qué clase de armamento transportarían, o cuándo empezarían a operar.
La revista rusa Natsionalnaya Oborona, especializada en temas de defensa, plantea que Turkmenistán desafía a Irán como segunda potencia naval de la zona. En una edición especial distribuida en una exposición de defensa realizada en Astana, Kazajzstán, se publicó un extenso artículo detallando los hechos navales más recientes en el Caspio, además de un pequeño análisis.
El año pasado, Turkmenistán recibió dos corbetas lanzamisiles Molniya 12418. Cada una de esas embarcaciones tiene 16 sistemas para misiles Uran-E, lo que las convierte en las más fuertemente armadas de ese mar.
Actualmente Irán no tiene nada que pueda equipararse a esas corbetas. Turkmenistán, según Natsionalnaya Oborona, planea adquirir tres Molniya en un futuro cercano. «Si Irán lidera en cantidad de barcos en el Caspio, en poderío militar Turkmenistán ya lo ha sobrepasado», señala el artículo del Natsionalnaya Oborona. «Por supuesto, no vivimos en una era de flotillas navales lineales. Por ese motivo, la aparición en la joven armada de Turkmenistán de dos unidades, aunque muy fuertes, no marca una diferencia. Sin embargo, indica claramente hacia donde va», añade.
Según el informe, Turkmenistán también compró dos nuevas lanchas patrulleras turcas, y esa infraestructura y una nueva base naval se han construido con gran celeridad.
Comunicaciones del Departamento de Estado de Estados Unidos obtenidos y divulgados por Wikileaks contienen algunos detalles interesantes sobre los planes navales de Turkmenistán.
Esos cables señalan que el país comenzó a interesarse en que Estados Unidos cooperara militarmente con su armada en 2007. A comienzos de junio de ese año describen una reunión entre el presidente de Turkmenistán, Gurbanguly Berdymukhamedov, y el entonces jefe del Comando Central de Estados Unidos, almirante William Fallon.
Berdymukhamedov «quería hablar sobre el 'poderoso equipamiento' que Estados Unidos podía aportarle a Turkmenistán para abordar la seguridad en el Caspio.
La Fuerza de la Comunidad de Estados Independientes en el Caspio (Casfor) tenía la misión de garantizar la seguridad» en esa zona, «pero como Turkmenistán era neutral, no era una opción para la cooperación», señala el cable. «El almirante Fallon reconoció que sería bueno que Turkmenistán trabajara con Estados Unidos para ayudar a mantener su neutralidad e independencia de la Casfor», agrega.
El cable también observa que Turkmenistán puede estar queriendo obtener excedentes de artículos de defensa de Estados Unidos.
«Funcionarios del gobierno de Turkmenistán rara vez piden asistencia directamente, pero generalmente se muestran agradecidos cuando la reciben», según el cable.
Sin embargo, otro cable indica que la cooperación militar entre Estados Unidos y Turkmenistán se desarrolla lentamente. El hecho de que la exrepública soviética le compre buques y armas a Rusia (y, en menor grado, a Turquía) sugiere que Estados Unidos sigue desempeñando un rol secundario en los acontecimientos militares del Caspio.