Ante el avance de los grupos extremistas en el sur de Malí, especialmente con la captura de Kona, una ciudad de 36.000 habitantes, el consejo de Seguridad de la ONU pidió anoche el «despliegue rápido» de la fuerza internacional aprobado en diciembre. Naciones Unidas ha mostrado su preocupación por los ataques y movimientos de grupos terroristas hacia el sur, controlado por el débil gobierno interino de Dioncounda Traoré.
El presidente francés, François Hollande, ha confirmado el despliegue y ha dicho que "permanecerán en el país el tiempo que sea necesario". También ha explicado que el lunes dará detalles en la Asamblea (Parlamento) y el miércoles recibirá al presidente maliense en el Elíseo. Esta mañana las agencias de noticias informaban que tropas armadas internacionales (francesas y alemanas) habían desembarcado en el aeropuerto de la base militar Sévaré, en el centro del país africano, donde habían aterrizado un avión de transporte táctico C-160, dos aviones de carga y cuatro helicópteros en el que viajaban soldados europeos. El presidente francés ha confirmado el despliegue de tropas francesas, pero Alemania ha negado su participación.
Esta mañana, François Hollande, que ha recibido una carta de petición de ayuda del presidente maliense, ha dicho que «Francia responderá» a la demanda de la ayuda militar de las autoridades de Malí «estrictamente en el marco de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU». Durante la recepción del cuerpo diplomático acreditado en París, Hollande ha dicho «estamos ante una agresión característica que pone en entredicho la propia existencia de Malí».
La Alta Representante de exteriores de la ONU, Catherine Ashton, ha dicho que ante el recrudecimiento de los enfrentamientos militares en Malí es necesario acelerar la respuesta internacional para restaurar la integridad terrirotiral de ese país. También han hablado esta tarde los ministros de defensa de Francia, jean-Yves Le Drian y su homólogo estadounidense, Leon Panetta. Unas llamadas telefónicas que se ampliarán a los responsables de defensa del Reino Unido y Alemania.
El grupo salafista Ansar al Din, que ayer se hizo con el control de la ciudad maliense de Kona, en el centro-este del país, asegura que su ofensiva es «una advertencia para aquellos que quieren intervenir» militarmente en el norte de Malí, ocupado por rebeldes armados desde marzo de 2012. Uno de sus portavoces ha amenazado con convertir a Malí en un nuevo Afganistán, Iraq o Somalia y ha declarado que «las tropas de la ONU, de la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) y de la Unión Africana nunca han ganado una guerra».
El deterioro de la situación política en Malí se inició hace un año, cuando los tuareg inciaron una revuelta para conseguir la independencia de la región de Azawad. Tras un golpe de estado del ejército maliense, el Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA) se hizo con el control de la zona, en marzo. Pero en junio se les unieron los islamistas de Ansar al Din, MYAO y AQMI que se hicieron con el control de otras partes del país como Gao, Kidal y Tombuctú.
Leer en eXp Los tuareg declaran la independencia y los islamistas imponen la sharia
Malí pone en peligro la región del Sahel
El norte de Malí no se unirá al resto del país a corto plazo