Trichet no se inmuta. Tanta expectación para esto

Jean Claude Trichet, el hombre cuyas palabras eran las más esperadas este jueves, ha hablado por fin para no decir nada de compra de deuda pública por parte del Banco Central Europeo (BCE) que preside. Aunque los expertos ven en sus declaraciones a la prensa un aviso a los especuladores en el momento en el que la cosa se ponga más fea el BCE comprará deuda sin dudarlo ni un momento.

Pero vayamos a los anuncios: el BCE mantiene su tasa de interés en el 1% y mantendrá al menos hasta mediados de abril las medidas extraordinarias de ayuda a la banca.

Imagen del euro con el BCE al fondo
Foto:BCE

Jean Claude Trichet, presidente del BCE, ha dicho en rueda de prensa después de la reunión mensual del consejo de gobernadores del banco que éste no comprará deuda pública, como le venían pidiendo desde diversas instancias. La tasa se mantiene en el 1%, el nivel más bajo de la historia del banco europeo desde mayo de 2009.

Los mercados financieros y los economistas esperaban que se mantuviera la tasa. Jean Claude trichet, presidente del BCE, ha dicho que la recuperación económica en la eurozona mantiene una dinámica «positiva», aunque con una «incertidumbre elevada». También los bancos pueden respirar tranquilos, el BCE ha decidido este jueves prolongar su dispositivo de refinanciación ilimitada a tres meses y a tasa fija hasta finales de marzo de 2011.

Respecto a la compra de deuda pública de países de la eurozona ha comentado que «El programa de compra de valores no es un alivio cuantitativo ya que se reabsorve la liquidez» y reiteró que el BCE se ajusta al mandato recibido de lograr estabilidad de precios ligeramente por debajo del 2% y confió en que los gobiernos hagan lo que deben hacer.

La bolsa española, que había pasado una mañana animada, sufrió una brusca caída inmediatamente después de comparecer Trichet en rueda de prensa para recuperarse inmediatamente y regresar a la subida del 2% que tenía. Es posible que se deba a la insinuación de Trichet de que el BCE y los políticos de la eurozona están firmemente determinados a salvar esta difícil situación, es decir, cuando haga falta comprarán deuda pública.