El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, pretendía medidas más severas para mantener el equilibrio fiscal en la UE y este jueves ha vuelto a repetir que la reforma económica aprobada por los 27 «podría ser mejor».
«Las propuestas aprobadas representan un fortalecimiento del marco existente, van en la dirección correcta, pero no llegan todo lo lejos que sería deseable». Trichet considera que para conseguir la efectividad necesaria en la nueva gobernanza económica, es insuficiente el automatismo en la aplicación de la vigilancia fiscal, igual que el hecho de que no se especifiquen las sanciones a los países incumplidores.
Trichet ha recordado que el BCE ya expresó en 2005 su«gran preocupación» por las modificaciones adoptadas en la aplicación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, algo con lo que muchos gobiernos han coincidido actualmente.
El Consejo de Gobierno de la entidad emisora europea ha decidido mantener los tipos de interés en el 1%, el mismo porcentaje que mantiene desde mayo de 2009.
Trichet no ha querido pronunciarse sobre la decisión de Estados Unidos de inyectar 600.000 millones de dólares en el sistema para reactivar la economía, pero ha dicho que confía en que Washington defenderá un dólar fuerte.
Las mayores críticas europeas a la decisión de la Reserva Federal han llegado desde Alemania. El ministro de Economía, Rainer Brüderle, ha criticado la expansiva política monetaria de Estados Unidos que, en su opinión, depreciará el dólar frente a las principales divisas. No basta con bombear agua. Los caballos deben beber, ha dicho el ministro alemán.