Los tres galardonados consideran que la UE «claramente no es 'la campeona de la paz' que Alfred Nobel tenía en mente cuando redactó su testamento», según han explicado en la carta abierta que han enviado a la Fundación noruega. Argumentan que el Comité debería respetar las últimas voluntades del industrial y filántropo sueco y deploran que «el comité Nobel noruego ha redefinido y remodelado el premio de tal manera que no es conforme a la ley».
Los tres premiados consideran que la Unión Europea no obra a favor de un orden mundial desmilitarizado y piden que no se le entregue la dotación de 8 millones de coronas suecas, (925.000 euros). El 12 de octubre el Comité noruego anunció que la UE había sido merecedora del Nobel por su contribución a «la paz, la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en Europa». El premio será entregado el 10 de diciembre, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Alfred Nobel.
Desmond Tutu ganó el premio en 1984, Mairead Maguire en 1976 y Adolfo Pérez Esquivel en 1980. Su carta la firman también miembros de organizaciones para la paz. Curiosamente los tres recibieron apoyo de la UE en sus luchas contra el apartheid, la dictadura argentina o en Irlanda del Norte. La concesión del Nobel a la UE no ha estado extenta de críticas.
A primeros de noviembre, la Oficina Internacional de la Paz, a su vez premiada en 1910, consideró ilegal la atribución de la prestigiosa recompensa a la UE. La Unión Europea anunció que destinará la dotación del premio a proyectos para ayudar a los niños víctimas de la guerra.
En su testamento, Alfred Nobel, fallecido en 1896, estimaba que el premio debía recompensar «a quien hubiera actuado más o mejor en pro de la confraternización de los pueblos, la abolición o reducción de los ejércitos permanentes y la formación y difusión de congresos para la paz».
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