Una expedición de 16 personas, entre las que figuran miembros de Greenpeace y jóvenes exploradores de todo el mundo, recorre el Polo Norte para pedir a la ONU que declare el Ártico "santuario global" protegiéndolo de las extracciones de las compañías petrolíferas y de la pesca industrial. Hasta allí han llevado una cápsula del tiempo con casi 3 millones de firmas a favor de la protección de ese paraíso de hielo.
En estos días, Greenpeace se reunirá además con miembros del Consejo Ártico, el foro político que incluye a los ministros de Exteriores de los países árticos que estarán también en el Polo Norte.
Junto a los miembros de la organización ecologista viaja un grupo de jóvenes exploradores, embajadores internacionales del Ártico. Entre ellos, el joven actor estadounidense Ezra Miller, dos jóvenes representantes de las comunidades indígenas del Ártico y un joven de las Seychelles. Una de las exploradoras, Josefina Skerk, de 26 años, es una estudiante de derecho de la comunidad Sami de Suecia y miembro de su parlamento.
«Estamos muy ilusionados con la idea de tener una reunión con el presidente sueco del Consejo Ártico, Gustaf Lind, y el resto del Consejo Ártico durante nuestra expedición al polo norte", ha declarado Josefina Skerk. "Estoy junto a tres jóvenes embajadores de todo el mundo y todos tenemos conexiones con el Ártico y es un gran honor ser capaz de hacer llegar nuestro mensaje en la localización exacta que queremos proteger para el futuro del planeta", ha añadido.
La expedición, tras una semana de travesía por la nieve, con ventisca y temperaturas de hasta 30 grados bajo cero, ha recortado un agujero en el hielo, exactamente en el punto que coincide con el Polo Norte geográfico, el mismo punto en el que un submarino ruso reclamó su propiedad sobre el ártico años atrás, y allí ha depositado una bandera – la "Bandera del Futuro", diseñada por una niña de 13 años de Malasia - y una cápsula del tiempo con las firmas de más de dos millones de personas que se unen a la petición de más protección para el Polo Norte por parte de la ONU y los organismos internacionales y su declaración como "santuario global".
"Hemos caminado durante más de siete días hasta aquí para entregar al mar los nombres de casi tres millones de personas que se han unido a este movimiento para salvar el Ártico porque quieren proteger esta increíblemente hermosa parte del mundo de las compañías petroleras que tratan de explotar el mar y fundir el hielo para perforar en busca de petróleo", asegura James Turner, miembro de Greenpeace.
La cápsula es una esfera de vidrio totalmente inerte, dentro de la cual hay más de 200 discos de cristal impresos con platino. Cada disco tendrá 1mm de espesor y puede almacenar un equivalente a 10.000 páginas de información. Se va a anclar en el suelo y se va a dejar que la cápsula flote por encima del fondo marino, lo que evitará cualquier daño en el medio, además de facilitar que esta cápsula emerja a la superficie para ser recuperada en 2050.
«Es imposible de describir. Hay un sentimiento bien definido de que, como seres humanos, no deberíamos estar aquí y ésto hace que este viaje sea una oportunidad maravillosa y única. Y no sólo éso, si no que también se siente como una gran responsabilidad que recae sobre nuestros hombros, los de aquellos que hemos visto esta belleza, el luchar para preservarla», relata el actor y expedicionario Ezra Miller.
Los activistas de Greenpeace planean ahora utilizar el encuentro con el Consejo del Ártico para desafiar a las ocho naciones que tienen frontera en el Ártico y exigir que las áreas no habitadas alrededor del Polo Norte sean declaradas Patrimonio Mundial.