Para Rajoy la mejor forma de atajar el paro es facilitar la financiación a las empresas «para ello creo que el BEI puede desempeñar un papel capital», ha dicho y a continuación ha pedido que se «triplique» el volumen anual de financiación del Banco Europeo de Inversiones, a partir de los 10.000 millones de euros actuales.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha sorprendido advirtiendo que fracasar en la lucha contra el paro juvenil podría desgarrar a Europa y que abandonar el modelo de bienestar europeo hacia otro más duro como el de Estados Unidos podría provocar una «revolución». «Necesitamos lograr más éxito en nuestra lucha contra el desempleo juvenil, de otro modo perderemos la batalla por la unidad de Europa», ha dicho sin mencionar la consolidación presupuestaria, caballo de batalla de la canciller de su país y de él mismo.
Todos los oradores han coincidido en que es urgente plantar cara al problema del paro juvenil, pero no han expuesto soluciones. Al menos el presidente del BEI, Werner Hoyer, no ha disimulado «Seamos sinceros, no hay una solución rápida, no hay un gran plan» ha dicho.
Pero lo que todos parecen olvidar es que esa Europa de la que hablan son ellos mismos. Que esa unión económica que tanto echan en falta es la que Consejo tras Consejo dejan sin resolver. Que esa lentitud que achacan a Europa, es la que ellos le imprimen poniendo por delante las políticas nacionales.
Que ese dinero que quieren que esté sobre la mesa inmediatamente para poner en marcha planes para atajar el paro juvenil es el que ellos mismos le niegan al presupuesto de la UE.
Todo por Europa, pero sin Europa
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, parece haberse cansado de tanto reproche y ha criticado las muchas iniciativas que surgen estos días. Como los planes bilaterales de Alemania con España y Grecia o el que Francia y Alemania expondrán a comienzos de junio en otra conferencia en Berlín. «Seré muy claro, hay una proliferación de nuevas iniciativas cuando no se han puesto en marcha las antiguas. Nos resta credibilidad», ha dicho Barroso.
El presidente de la CE comparecía en el Parlamento Europeo junto al presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, para hablar del resultado de la última cumbre y del contenido del Consejo de junio que precisamente tendrá como tema central el paro juvenil.
Barroso se ha referido a las medidas que ya se han aprobado como la «garantía juvenil» que permitirá el acceso al primer empleo y a los 6.000 millones de euros destinados a que los Estados miembros pongan en marcha medidas para atajar el desempleo.
«Está en juego la credibilidad de la Unión Europea, a menudo, y comparto estas críticas, tomamos decisiones que después se tarda mucho en poner en práctica, la gente pierde confianza en nosotros», ha dicho.
El presidente del ejecutivo europeo no ha criticado abiertamente los planes alemanes y franceses, ha dicho que son «adecuados» y ha celebrado que los que antes no eran partidarios de los planes para el empleo «ahora lo sean» y muestren su «voluntad política y conocimiento especializado».
Ha destacado el conocimiento de Alemania en políticas activas de crecimiento y la firma de acuerdos con «países más necesitados». También ha dejado claro que ya en 2011 la Comisión propuso una garantía que el Consejo rechazó, similar a la que ahora prospera gracias a la movilización de varios países.
Son muchas las iniciativas de la Comisión Europea que se han retrasado y que ahora reaparecen como ideas brillantes de algún Estado miembro. La irritación de la Comisión Europea ha hecho que publique un listado de sus propuestas para combatir el paro juvenil.
En julio de 2012, propuso un paquete que incluía la Garantía juvenil, un marco de calidad para periodos de prácticas y una Alianza Europea de Aprendizaje. Además recomendaba a los países que fueran organizando las estructuras necesarias para ponerlas en marcha lo antes posible con cargo al Fondo Social Europeo, incluso da ejemplos de las acciones que se pueden activar.
En febrero de 2013, la CE destinó 6.000 millones de euros expresamente a la Garantía Juvenil y dictó normas para que esos recursos se puedan utilizar en cuanto entre en vigor el marco presupuestario de 2014-2020.
También intentó, sin conseguirlo, un pacto con los sindicatos para evitar que los jóvenes que hagan prácticas en empresas trabajen más de lo debido y no aprendan convenientemente. Hizo recomendaciones específicas a siete países, España entre ellos, para que hicieran mejor uso de los Fondos Sociales Europes para el aprendizaje y la formación profesional.
Creó Erasmus para todos y equipos de funcionarios de la Comisión y nacionales en ocho Estados miembros, España entre ellos, para aprovechar los fondos estructurales europeos y apoyar las oportunidades de empleo para los jóvenes y facilitar el acceso de las Pyme a la financiación. A principios de 2013, 16 mil millones de euros se habían reasignado.