Finalmente ha sido por videoconferencia como se han podido comunicar el presidente de turno de la Unión Europea, Fredrik Reinfeldt, el presidente de la Comisión europea, José Manuel Barroso, y el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, con el primer ministro checo, Jan Fischer. No se ha aclarado mucho la situación. Fischer ha dicho que el presidente Klaus esperará la decisión del Tribunal constitucional para firmar el Tratado de Lisboa.
La rotunda aprobación del Tratado en el referéndum irlandés ha despejado el camino para su aprobación definitiva, pero falta la firma de los presidentes de Polonia y la República Checa.
El polaco Lech Kaczynsky se había comprometido a firmar Lisboa si se aprobaba en Irlanda. Ahora dice que no tiene prisa, pero en Bruselas confían en que cumpla su promesa. Un portavoz del gobierno polaco ha dicho que Kaczynski firmará sin dilaciones y el periódico Dziennik Gazeta Prawna aventura que lo hará este miércoles.
El obstáculo principal está en Praga. Klaus lamentó que los irlandeses hubieran aprobado el Tratado en las urnas y sigue bloqueando su entrada en vigor. Él ha auspiciado el recurso presentado por un grupo de senadores checos ante el Constitucional por supuesta incompatibilidad de Lisboa con las atribuciones del Estado checo. Si el Tribunal lo acepta, su resolución tardaría entre 3 y 6 meses.
Y los plazos corren para la UE. La Comisión termina su mandato el mes que viene y su renovación tiene que hacerse según el Tratado de Niza, si el nuevo no está en vigor. La cumbre de los jefes de Estado o de Gobierno de final de este mes está convocada para empezar a hablar de los nuevos cargos previstos en el Tratado de Lisboa, un presidente estable de la Unión y un nuevo Alto Representante para la Política Exterior.
La UE se encuentra en un callejón sin salida inmediata que ha hecho levantar voces de protesta porque una sola persona pueda bloquear las instituciones europeas, sin que haya mecanismos para evitarlo.
Una encuesta del Centro de Análisis e Investigaciones Empíricas afirma que el 43 % de los checos quiere que su presidente firme el Tratado inmediatamente y el 44 % considera que la actitud de Klaus es perjudicial para el país. euroXpress