Europa ha diseñado una estrategia para promover el apoyo a las Naciones Unidas en la lucha contra el cambio climático y situarse a la cabeza de las regiones más cumplidoras de los compromisos internacionales.
La comisaria de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, está dispuesta a dar la batalla, «la manera más convincente de demostrar el liderazgo de Europa es tomar medidas tangibles y decididas para convertirnos en la región del planeta más respetuosa con el clima, lo que también reforzará nuestra seguridad energética, impulsará un crecimiento económico más ecológico y contribuirá a la creación de nuevos puestos de trabajo».
Se trata de un plan de trabajo que llevará a las negociaciones de las Naciones Unidas que se reiniciarán en abril. La idea es que muchos de los puntos que no se aprobaron en Copenhague, se integren en las nuevas discusiones. La UE estaría dispuesta a llegar a un acuerdo vinculante en México a finales de año, aunque ante la atonía del resto del mundo mantendrá un enfoque progresivo en sus planteamientos.
Un acuerdo que respalde el objetivo fundamental de la UE, que la temperatura del planeta no suba por encima de los 2ºC de la temperatura de la era preindustrial, es decir la temperatura que había en 1995.
Europa está dispuesta a comenzar a aplicar el Acuerdo de Copenhague. En primer lugar proporcionando a los países en desarrollo una ayuda inicial de 2 400 millones de euros al año entre 2010-2012, para reforzar la credibilidad de la UE e incrementar la capacidad de estos países en la lucha contra el cambio climático.
Promover el desarrollo del mercado internacional del carbono, algo esencial para impulsar inversiones de bajas emisiones que a la vez sean rentables. Un mercado que puede generar importantes ingresos a los países más pobres.
Por último la UE quiere intensificar su imagen exterior para generar confianza en los pactos por el clima.