El 24 de abril de 1990 el transbordador espacial Discovery fue lanzado al espacio, amarrado a él iba un telescopio llamado Hubble, producto de la colaboración de la ESA y la NASA, que fue colocado en órbita a 600 km de altitud. Más allá de la atmósfera terrestre para que las imágenes no sufrieran distorsión. Ese era uno de los principales problemas de los telescopios terrestres. Las imágenes estaban distorsionadas, tenían poca luz y poco alcance.
Nada más comenzar a enviar imágenes se vio que tenía un defecto de fabricación en la lente. Se reparó y tres años más tarde comenzó a funcionar. El Universo se amplió para los astrónomos estrellas supernova, gigantescas explosiones que marcan la muerte de una estrella y el nacimiento de un agujero negro que los científicos imaginaban pero que ahora veían con sus propios ojos.
Se pudo confirmar que el Universo está en rápida expansión y se calculó su edad de forma precisa, unos 13.700 millones de años.
Los constructores pensaron que cada 5 años tendrían que hacer que Hubble volviera a la Tierra para repararlo y ponerlo en forma, pero no se ha hecho los astronautas se encargan de eso. El rozamiento que sufre es muy leve, pero aún así, va adelgazando y eso hace que aumente su velocidad, deben empujarle para que encuentre una nueva órbita un poco más alta.
La última revisión la pasó en 2009, desde entonces cuenta con dos nuevos instrumentos que pueden obtener fotos del pasado remoto, hasta 600 o 500 años después del Big Bang, el origen del Universo.
Si quieren ver imágenes maravillosas del espacio visiten la página del telescopio espacial