El Consejo no ha adoptado conclusiones, pero los Estados miembros han puesto sobre la mesa la inquietud de los ganaderos y agricultores. «Todas o la mayor parte de las respuestas [al embargo de Rusia] tienen que venir dadas de la UE, y máxime cuando la propia Política Agrícola Común tiene mecanismos para ello», ha declarado Tejerina.
Los ministros de agricultura han tratado las últimas medidas de Moscú, anunciadas a mediados de agosto. En ellas, prohibían las importaciones durante un año de productos agrícolas como frutas y verduras, así como carne y pescado provenientes de los Veintiocho, Noruega, Estados Unidos, Canadá y Australia. La UE es la principal importadora de productos a Rusia.
Como medida para paliar las sanciones rusas, el Ejecutivo comunitario propuso otorgar ayudas a los agricultores europeos afectados por la decisión de Moscú. Así, Bruselas anunció que aprobaría un presupuesto de 125 millones de euros, para determinados productos como tomates y zanahorias, hasta finales de noviembre y hacer así frente a la pérdida del mercado ruso. Sobre este aspecto, Tejerina ha afirmado que si la demanda superara esta cantidad, habría que «ampliarlo».
La Comisión Europea también anunció que los agricultores exportadores de melocotones y nectarinas recibirían 29,7 millones de euros por la retirada de estas frutas, y 3 millones para su promoción en el mercado europeo. Estos han sido los productos «más afectados», en palabras de Tejerina, ya que estas frutas arrastraban «una mala campaña», y ha sido el veto ruso el que «ha precipitado» la necesidad de ayudas.
En este sentido, la ministra ha entrado a su reunión en Bruselas con la intención de pedir ayudas adicionales para el sector de los cítricos, caquis y granadas, aunque el comisario de agricultura Dacian Ciolos considera «más eficaz» «la promoción», que otorgar ayudas, pero Bruselas estudiará los casos, dependiendo de cuáles son los sectores y Estados miembros más afectados.
Tejerina cree que lo más importante es actuar con «prontitud» para mandar una señal clara a los mercados, aunque las ayudas dependerán principalmente de la estacionalidad, y ha reconocido que «a fecha de hoy no hay ningún desplome en ninguno de los sectores afectados».
Asimismo, el gobierno del Kremlin también impuso restricciones que afectarían al sector pesquero, en especial a la industria pelágica, aunque la UE estima que son los Estados miembros los que deben hacer frente a «la indisponibilidad temporal del mercado». Los Estados más afectados en este caso serían el Reino Unido y los países bálticos.
Sobre este sector, Tejerina también se ha pronunciado, en especial sobre las negociaciones entre Marruecos y la UE que se están llevando a cabo en Rabat. La ministra confía en que los pescadores españoles están «a las puertas de faenar» en las costas del país alauí. Sin embargo, no ha querido dar ninguna fecha, porque prefiere ser «prudente», aunque sí cree que se producirá en un corto periodo de tiempo. Los buques europeos dejaron de faenar a finales de 2011, a instancias del Parlamento Europeo, por considerar que la pesca no era sostenible y que atentaba contra los derechos humanos del Sahara occidental.
Marruecos ratificó el nuevo acuerdo con la UE el pasado julio pero los barcos de la UE no han podido todavía salir a faenar. Según la secretaria de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural del PSOE, María Luisa Faneca, los pescadores españoles "se sienten engañados porque ya han pagado unas licencias que no pueden utilizar y siguen parados con el enorme trastorno que está produciendo a la economía de muchas familias españolas". De los 126 barcos europeos a los que afecta el acuerdo, 98 son españoles