Darles a las mujeres mayor acceso a la tecnología móvil mejoraría la alfabetización, profundizaría el desarrollo y permitiría oportunidades de educación y empleo, según expertos presentes en la cuarta Semana del Aprendizaje mediante Dispositivos Móviles que se celebra en la capital de Francia.
«La tecnología móvil puede ofrecer aprendizaje donde no hay libros, ni aulas, ni siquiera maestros. Esto es especialmente importante para las mujeres y las niñas que abandonan la escuela y necesitan una segunda oportunidad», declaró Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres.
La agencia, dedicada a promover la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres, ha unido fuerzas con su «hermana», la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), para organizar la conferencia del 23 al 27 de este mes.
El objetivo del encuentro es dar a los participantes un foro «para aprender y debatir sobre programas, iniciativas y contenidos tecnológicos que están reduciendo los déficits de género en la educación», informa Unesco.
Participantes de más de 70 países han compartido las llamadas mejores prácticas del sector y presentado una serie de iniciativas, incluida la reducción de costes en el acceso a los servicios móviles en algunos países en desarrollo, y el dar capacitación y computadoras portátiles gratuitas a las mujeres docentes en países como Israel.
«Sigue habiendo una brecha de género persistente en el acceso a la tecnología móvil», recuerda la principal oradora, Cherie Blair, fundadora de la Fundación Cherie Blair para las Mujeres y esposa del ex primer ministro británico Tony Blair. «Cualquier cosa que fomente la educación de las niñas es importante», nos asegura. Y es «particularmente importante» que la Unesco y ONU Mujeres hayan aunado sus fuerzas para colaborar y lograr resultados en esta área.
«Debemos animar a las mujeres a usar la tecnología y también tenemos que involucrar a los hombres para ofrecer apoyo», dice Blair. Una mujer en un país de bajos o medianos ingresos tiene un 21 por ciento menos probabilidades que un hombre de tener un teléfono móvil, según una investigación a la que se refirió. En África tienen 23 por ciento menos probabilidades, y en Medio Oriente y el sur de Asia, 24 por ciento y 37 por ciento menos, respectivamente, añadió.
«Entre las razones que las mujeres mencionan por no tener un teléfono móvil se incluyen los costes de los aparatos y los planes, la falta de necesidad y el miedo a no ser capaces de dominar la tecnología», explica Blair.
Sin embargo, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), los teléfonos móviles son la «tecnología más generalizada y de más rápida adopción de la historia», ya que 6.000 millones de los 7.000 millones de habitantes del planeta tienen acceso a ellos. Si existiera paridad de género en este acceso, las mujeres podrían beneficiarse de la tecnología de distintas maneras, incluida la obtención de información sanitaria y otros servicios, según los expertos.
También podrían realizar los llamados cursos masivos abiertos en línea, como los que ofrecen cada vez más universidades y otros centros de enseñanza. En la actualidad, la mayoría de los estudiantes matriculados en este tipo de cursos son hombres, y muchos de ellos de altos ingresos, sugieren las encuestas.
El aprendizaje de esta tecnología por parte de las mujeres traería beneficios en el futuro, especialmente en materia de empleo, expresa Mark West, de Unesco. «El 90 por ciento de los empleos en el futuro exigirán conocimientos en tecnologías de la información y comunicación. Así que toda idea que diga que no es social o culturalmente aceptable que las mujeres utilicen la tecnología es sumamente peligrosa», subraya.
El hecho de que un 25 por ciento menos de mujeres que hombres accedan en la actualidad a Internet es «alarmante», afirma. Es necesario realizar cambios en la educación para que las niñas no queden excluidas de los puestos de trabajo en el futuro, recomienda.
«No es común que nos demos cuenta de cómo el género determina nuestras percepciones sobre la tecnología. A las mujeres se les enseña desde pequeñas a no gustarles la tecnología, que las matemáticas y las ciencias no son para ellas, y este es un gran problema», destaca.
En el ámbito universitario, solo aproximadamente el 20 por ciento de las alumnas estudian ciencias informáticas, y en el sector de la tecnología, solo el seis por ciento de las directoras de empresas son mujeres, según datos de la UIT.
«Debemos hacer más para que las mujeres ingresen a los campos de las CTIM, vale decir, las disciplinas académicas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas», explica Doreen Bogdan, directora del Departamento de Planificación Estratégica y Miembro de la UIT.
Algunos participantes se refirieron a programas actuales para mantener el interés de las niñas en la ciencia, como los campamentos administrados por la empresa estadounidense de semiconductores Qualcomm, que reúne a alumnas de sexto grado para aprender codificación y otros conocimientos de tecnología.
«Todas las empresas de tecnología compiten por el mismo grupo de talentos y no hay suficientes mujeres en ese grupo porque no hay suficientes niñas que estén estudiando» en este ámbito, explica Angela Baker, ejecutiva de Qualcomm.
«Hay un montón de investigación que muestra que cuando se tienen más mujeres en el sector, las empresas tienden a tener mejores resultados... así que tenemos un interés propio en lograr» la participación «de las niñas y las mujeres», precisa.
Las niñas han avanzado mucho en su educación en los últimos 30 años, pero «todavía queda un largo camino por recorrer», según los expertos reunidos en París, que citaron cifras de la ONU que muestran que por cada 10 niños que van a la escuela, solo van siete niñas.
Tanto la directora general de la Unesco, Irina Bokova, como Blair calificaron la educación como un elemento «indispensable de derechos humanos», así como para el desarrollo y la seguridad. Ambas resaltaron que el objetivo de lograr la igualdad de género en la educación se mantendrá en la agenda de desarrollo post-2015, y que la tecnología tendrá un papel importante.
«Empoderar a las mujeres y las niñas para que accedan a la educación no es una opción, no es algo bueno que hay que hacer, sino que es indispensable», recalca Blair.