Los suizos han ido a las urnas, como manda el sistema de democracia directa helvético, para pronunciarse sobre tres temas: la construcción de minaretes en las nuevas mezquitas, continuar vendiendo armas a otros países y dar una financiación especial al tráfico aéreo.
La primera de las cuestiones ha sido aceptada por el 57'5% de los votantes, Las mezquitas que se construyan a partir de ahora no tendrán minaretes para llamar a la oración. El PPS (Partido Popular Suizo) y otros grupos de derecha piensan que son un símbolo del poder islámico. Aunque el Gobierno suizo y el Parlamento se habían manifestado en contra de la iniciativa y las encuestas decían que no saldría adelante, a la hora de votar los suizos lo han hecho a favor de la prohibición.
En Suiza con 7 millones de habitantes, 400.000 profesan el Islam es la tercera religión más extendida, después del protestantismo y el catolicismo.
La siguiente pregunta era una iniciativa del Grupo por una Suiza sin Ejército, que no ha prosperado. Es la tercera vez desde 1972 que los suizos votan no a dejar de vender armas a otros países, a pesar de las consideraciones humanitarias y varios escándalos por no respetar las reglas establecidas. La ley suiza establece que está prohibido vender armas a países inmersos en un conflicto armado interior o internacional o si viola sistemática y gravemente los derechos humanos.
La tercera cuestión era respaldar una decisión gubernamental de financiación especial al tráfico aéreo, no ha suscitado ninguna controversia y ha sido aceptada por el 65% de los votos.