Un sistema de marcas registradas usado para proteger a los vinos más finos de Europa, así como sus quesos y jamones, pronto podrá beneficiar a un sencillo té de una apartada región de Sudáfrica. El sistema de protección comercial llamado Indicaciones Geográficas, muy favorecido por los eurócratas de Bruselas puede usarse para proteger a un té rojo sudafricano, localmente conocido como «rooibos» (bosque rojo en afrikaans), dado que la firma francesa Compagnie de Trucy intenta obtener derechos exclusivos para comercializarlo en Francia.
El asesor comercial John Maré, vive en Pretoria y destaca que «las Indicaciones Geográficas son cada vez más importantes en el ámbito del comercio mundial, aunque es erróneo pensar que ofrecen enormes oportunidades para el comercio a granel». Esta forma de derechos intelectuales sobre los alimentos ya se aplica ampliamente a productos especiales, que pueden estar vinculados a una región específica, como la champaña francesa, el jamón de Parma y muchos tipos de quesos.
Las Indicaciones Geográficas «abren nichos de mercado para productos con un mayor valor añadido que, considerados en conjunto, pueden representar algo significativo», señala Maré. «Además, involucran sofisticadas fronteras en el comercio que dependen ampliamente de los derechos de propiedad intelectual para (agregar) valor, y también están ligadas a asuntos comerciales relativos a las marcas y los logotipos».
El rooibos sudafricano no tiene cafeína, pero sí un alto contenido de antioxidantes y minerales, y se cultiva tradicionalmente en la región de Cederberg, 250 kilómetros al norte de Ciudad del Cabo. Su popularidad aumenta en todo el mundo debido a sus propiedades saludables, lo que ayuda a explicar que Compagnie de Trucy quiera obtener los derechos para comercializarlo.
El asunto ha llegado a nivel diplomático entre la Unión Europea y Sudáfrica, en un momento en que ambas partes esperan concluir las negociaciones para modernizar su marco comercial tras más de una década de debates. China es el mayor socio comercial de Sudáfrica, pero la UE como bloque es más importante en términos de valor, y hay poderosos argumentos para que ambas partes amplíen las Indicaciones Geográficas en sus futuras relaciones.
Soekie Snyman, portavoz del Consejo Sudafricano del Rooibos, explica que es necesario que la propia Sudáfrica conceda al té rojo el estatus de marca registrada oficial antes de poder calificar dentro del sistema de Indicaciones Geográficas. «El embajador de la UE en Pretoria ha dicho que apoyaban la protección de cultivos autóctonos», señala. «Su principal requisito es que el producto esté protegido en su país de origen, y nosotros estamos casi listos para postularnos a la protección como marca registrada en Sudáfrica».
El rooibos es parte del patrimonio sudafricano. «Es una planta única, que procede del área montañosa de Cederberg. Es una bebida sin cafeína», destaca Snyman. El embajador de la UE en Pretoria, Roeland van de Geer, confirmaba en un comunicado divulgado en marzo que recibió una solicitud del ministro de Comercio e Industria de Sudáfrica, Rob Davies, «para la protección de nombres de productos alimentarios sudafricanos como Indicaciones Geográficas en la UE».
Además del rooibos, ha habido peticiones para Honeybush, que es otro tipo de té, y para los corderos de la región desértica de Karoo. «El desarrollo de un sistema de Indicaciones Geográficas para los agricultores sudafricanos reforzará la singularidad y la calidad de los productos» del país, declaró en el comunicado. Según la embajada de la UE, «los fabricantes de vinos sudafricanos han usado el sistema Indicaciones Geográficas durante muchos años, y lo consideran efectivo para proteger nombres famosos, como Paarl y Stellenbosch».
Maré señala que el sistema de Indicaciones Geográficas ha permitido a los países de la UE «quedarse con nichos de mercado para marcas como la champaña, que tienen un enorme potencial de crecimiento» en el mundo. «Como elementos de alto valor especializado, han estado vinculados a una estrategia de la UE en la comercialización mundial de la calidad, más que de la cantidad», plantea el portavoz del Consejo Sudafricano del Rooibos.
Este país debería expandir su cartera de Indicaciones Geográficas con el fin de «ayudar a crear nuevas oportunidades en Sudáfrica para diversificar las exportaciones actuales e incluir nuevos productos con valor agregado, y también para desarrollarlos», sugiere. «Esto ayuda al crecimiento en las regiones rurales, y a su vez contribuye al fortalecimiento de la buena imagen de todos los productos sudafricanos como poseedores de calidad y diferenciación en la economía internacional globalizada».
Maré añade que «esto ayuda a aumentar los precios de los productos sudafricanos y a mejorar las percepciones sobre Sudáfrica en general». Snyman plantea que los problemas actuales del mercado francés tienen implicaciones más amplias, y que es por eso que resulta importante que el rooibos se asegure una protección mundial de Indicaciones Geográficas. Según ella, en el pasado hubo un problema similar en el mercado de Estados Unidos. «Esto puede afectar a los exportadores sudafricanos en cualquier mercado internacional», alerta. «Pero pienso que lograremos nuestro objetivo».
El asesor comercial Francois Dubbelman, especializado en protección comercial coincide en que la cuestión tiene un aspecto global. «Un nombre con Indicaciones Geográficas debería ser protegido». «Si uno lo desatiende, lo puede perder para siempre, por lo que es necesario dar pelea». Hay toda una variedad de otros productos sudafricanos que también pueden ser aptos para la protección de Indicaciones Geográficas, entre ellos la carne de avestruz y de antílope, y el fruto marula, con el que se elabora el licor Amarula.
Mientras, los mismos criterios pueden aplicarse a productos de otros países de África austral, como los langostinos de Mozambique, la carne vacuna de Botswana y las ostras de Namibia. «Es importante que Sudáfrica penetre en los mercados mundiales, y debemos fijarnos en productos de nicho, como el rooibos», destaca Dubbelman. «Ese es el futuro del comercio, es donde uno gana su dinero. El rooibos es importante para la economía rural, y es un producto saludable, así que hay un creciente mercado para él»