S&P sigue los pasos de la agencia Fitch, que la semana pasada dejó la calificación de España igualmente en AA-, y cita el desempleo, las condiciones del crédito y la alta deuda del sector privado como causas de la rebaja de su nota. Además S&P considera que el perfil financiero del sistema bancario español seguirá debilitándose con una mayor exposición a activos problemáticos.
Standard & Poor's cifró en 300.000 millones los activos inmobiliarios problemáticos adquiridos, adjudicados y depreciados y los créditos morosos que ha generado el sector financiero español durante la recesión. Para la agencia, el sistema bancario español no será «inmune al aumento del riesgo que se aprecia para la economía española y seguirá enfrentándose a los desafíos de financiación y rentabilidad».
La crítica es también política cuando S&P califica de «incompleta» la reforma laboral española, lo cual contribuirá, dice, a que los niveles de desempleo sigan siendo altos y un lastre para la recuperación económica.
La agencia anuncia que la nota de España podría ir a peor si se confirman las peores perspectivas, es decir, que España vuelva a entrar en recesión el año que viene, con un descenso del PIB del 0,5%, a consecuencia de una más débil demanda externa e interna.