«En este momento, el ejército de Chad es el mejor de África», decía un entusiasta Boubacar Tidjani, joven estudiante nigerino de relaciones internacionales, al anunciarse la llegada de las tropas de ese país a Niamey. «Es simple: ellos siempre han conocido la guerra y es más, están orgullosos. Los admiro por eso».
El gobierno de Chad desplegará un total de 2.000 soldados para apoyar a las tropas de Francia y Malí que luchan contra grupos insurgentes en el norte del segundo, y se prevé que más soldados de
la Comunidad Económica de Estados de África Occidental se unirán a la operación.
La participación de los soldados de Chad, que partieron el martes 22 de Niamey, ha despertado las esperanzas de que la crisis de Malí llegue rápidamente a su fin. «Si los islamistas del norte de Malí son fanáticos, en pocos días se encontrarán en el desierto con otros que estarán aún más locos que ellos», decía uno de los soldados del contingente de Chad a Radio France International.
El ejército de Chad tiene experiencia en combates en clima desértico, sofocando numerosas rebeliones internas en un entorno árido idéntico al del norte de Malí. Chad también libró y ganó una guerra fronteriza con Libia entre 1983 y 1987.
Sus fuerzas, de un total de 30.000 efectivos, han participado regularmente en la lucha contra insurgencias en los países vecinos. La última intervención fue en diciembre de 2012 en apoyo al gobierno de la República Centroafricana contra los rebeldes de una coalición conocida como Seleka.
Las Fuerzas Armadas de Chad también podrían aportar poderío aéreo, con seis cazabombarderos Sukhoi y varios helicópteros Mi-17 y Mi-24.
¿Un nuevo frente?
Durante una conferencia organizada el pasado 19 en Niamey por la organización no gubernamental Alternative Niger para considerar las consecuencias regionales de la intervención militar en el norte de Malí, su secretario general, Moussa Tchangari, planteó la posibilidad de abrir un segundo frente en el norte de Níger, a fin de los ejércitos de Francia y Malí pudieran cercar a los grupos extremistas
Al dirigirse a los presentes en la conferencia, el investigador Olivier de Sardan, del Laboratorio para los Estudios y la Investigación sobre Dinámica Social y Desarrollo Local, con sede en Niamey, explicó que el norte de Malí y el norte de Níger son contiguos, lo cual genera el temor de que el próximo objetivo de esos grupos sea este último país.
Los expertos indican que el ejército nigerino no tiene la efectividad del de Chad, pese a su frecuente participación en operativos contra insurgentes en su frontera con Malí. Níger espera aportar solo 500 soldados a la Misión Internacional. El refuerzo brindado por Chad será bienvenido, según los analistas.
Sin embargo, dos preocupaciones se ciernen sobre la participación de ese país. La primera se vincula a las acusaciones, presentadas contra las Fuerzas Armadas, por abusos contra civiles. Human Rights Watch ha recabado testimonios sobre esos ataques cometidos durante la intervención de Chad en la República Centroafricana en 2008.
La segunda tiene que ver con las posibles repercusiones para el propio Chad. En diálogo con la alemana Deutsche Welle Radio, la politóloga Helga Dickow, del Instituto Arnold Bergstraesser de
Friburgo, dijo: «Boko Haram ya ha amenazado indirectamente al presidente Déby con la desestabilización de Chad si envía tropas a Malí».
Boko Haram es el grupo extremista islámico actualmente activo en el norte de Nigeria y que tiene vínculos con AQIM