El premier británico David Cameron y el presidente estadounidense Barack Obama han mantenido una conversación telefónica después de que Médicos Sin Fronteras haya encontrado pruebas del uso de armas químicas en Siria. Según un comunicado de la Casa Blanca, ambos líderes continuarán las consultas para evaluar la posible respuesta internacional.
Que las armas utilizadas en Siria eran químicas no parece dejar lugar a dudas, otra cosa es quién las ha utilizado, ya que ambos bandos se acusan mutuamente.
La organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF), ha dicho este sábado que tres hospitales con los que colabora en Siria, recibieron en tres horas después del ataque a más de 3.600 personas con síntomas asociados a un agente neurotóxico. De esos afectados 355 han muerto.
Por su parte el ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Javad Zarif, en conversación telefónica con su homóloga italiana, Emma Bonino, ha pedido a la comunidad internacional que adopte una «reacción seria» tras el ataque, que el gobierno iraní condena por ir en contra de las leyes internacionales, lo que significa una confirmación del ataque.
Según Zarif, su gobierno mantiene un «estrecho contacto» con el sirio que le ha asegurado que «nunca» ha usado armas químicas y que «cooperará plenamente» con la ONU para que se aclare lo ocurrido. Para Irán han sido los «terroristas» los que han utilizado las armas químicas.
Tras conocerse el comunicado de MSF el primer ministro británico, David Cameron, ha hablado por teléfono con el presidente estadounidense, Barck Obama. Ambos han expresado su «grave preocupación» por las informaciones que verifican el uso de armas químicas contra civiles. Según la Casa Blanca, seguirán «las consultas» entre ambos líderes acerca de «la posible respuesta de la comunidad internacional al uso de armas químicas».
Mientras, el departamento de Defensa estadounidense ha reforzado su presencia en el Mediterráneo con un cuarto destructor para ofrecer «opciones» a Obama en caso de que decida intervenir en Siria.
Por su parte el gobierno británico señala la preocupación por «los crecientes signos de un ataque con armas químicas llevado a cabo por el gobierno sirio contra su propio pueblo».
La canciller alemana Angela Merkel, que ha alabado la disposición de Rusia a que una comisión independiente investigue el ataque con armas químicas, está en contra de una intervención militar en Siria y se muestra más partidaria de un acuerdo político. «No creemos que esto se pueda arreglar militarmente, se debe buscar una solución política», ha dicho el portavoz de la canciller.
Desde marzo de 2011 el conflicto en Siria ha dejado según la ONU más de 100.000 muertos, de ellos 7.000 niños.
Este viernes la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) informaba de que la guerra civil de Siria ha llevado a más 6 millones de niños a una situación de sufrimiento extremo; 3,1 millones se han visto afectados por el conflicto; otros 2 millones desplazados internos y 1 millón refugiados en algún país vecino. Más de 3.500 niños han llegado a otro país sin estar acompañados por algún familiar. El 75 % de los menores refugiados tienen menos de once años.
Antonio Guterres, alto comisionado de la ONU para los refugiados dijo que esta será una generación «marcada por el trauma y la rabia».