El texto del presidente del Consejo Europeo Herman Van Rompuy, está hecho de acuerdo con el presidente de la Comisión Europea /CE), José Manuel Barroso, el del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, el presidente del Eurogrupo Jean-Claude Juncker, y la colaboración del Parlamento Europeo, en él se recogen muchos de los puntos de la propuesta de Barroso y se marcan tres etapas para darle forma a la Unión Económica y Monetaria.
La primera, que ya está en marcha y que continuará durante todo 2013, estará dedicada a «Garantizar la sostenibilidad fiscal y la ruptura del vínculo entre los bancos y la deuda soberana». Eso quiere decir que el Mecanismo Único de Supervisión (MSS) de la zona euro deberá estar funcionando lo antes posible siguiendo las fechas que ya se han marcado de forma que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MES) pueda recapitalizar directamente a los bancos con problemas a partir de finales de marzo de 2013, lo que deja fuera a la retroactividad de la recapitalización de los bancos españoles que nunca le ha gustado a Alemania.
Uno de los principales problemas que se puso de relieve en el Ecofin del pasado 4 de diciembre, y que impidió que se llegara a un acuerdo, es la postura alemana que se niega a que el BCE supervise sus cajas de ahorro regionales. Mario Draghi comienza a justificar ese posicionamiento «en la práctica es obvio -ha dicho- que el BCE no tendrá capacidad para supervisar los 6.000 bancos» que hay en la zona euro.
La segunda etapa, 2013-2014, estará dedicada a «la preparación del marco financiero integrado y la promoción de buenas políticas estructurales». Se creará una autoridad única encargada de la reestructuración o liquidación de las instituciones bancarias con dificultades de la eurozona. Los Estados miembros de ese grupo estarán obligados a firmar contratos bilaterales con la Comisión Europea comprometiéndose a emprender las reformas pertinentes para corregir sus desequilibrios estructurales. Los países que no estén dentro de la zona del euro podrán hacerlo también voluntariamente. La situación de los países será analizada «caso por caso» y podría tener un «apoyo financiero» de forma temporal y selectiva que se tratará por separado del marco financiero plurianual. Los contratos serán multianuales.
La tercera etapa, después de 2014 servirá «para aumentar la resistencia de la Unión Económica y Monetaria (UEM)». Se crearía una capacidad fiscal bien definida y limitada para mejorar el nivel de absorción de las crisis económicas, una especie de seguro. También se ampliaría la toma de decisiones común sobre los presupuestos nacionales y la mayor coordinación de las políticas económicas, en particular en el ámbito fiscal y de empleo.
Ver en euroXpress: "Bruselas presenta las líneas maestras de la Unión Económica y Monetaria"