La Declaración anual sobre la zona del euro, destaca que hay varias enseñanzas que extraer de esta crisis global, la mayor que se ha conocido desde la Segunda Guerra Mundial.
El euro ha servido para frenar las turbulencias de los tipos de cambio y de interés, que tan perjudiciales fueron en otras crisis. De la misma forma ha desempeñado un papel importante en países que se estaban adaptando al euro o cuya moneda está vinculada a éste.
Destaca la capacidad del Banco Monetario Europeo (BCE) para actuar con rapidez en colaboración con los grandes bancos centrales, lo que ha contribuido a dar estabilidad a todo el sistema monetario internacional.
«El euro ha actuado como escudo de protección en la crisis, incluso en los países de fuera de la zona del euro, pero no resuelve por sí solo los desequilibrios internos y externos. La zona del euro y el Eurogrupo deben redoblar sus esfuerzos para considerar las políticas económicas y presupuestarias una cuestión de interés común y abordar las divergencias de competitividad» ha dicho el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, en la presentación del informe anual.
La Declaración anual, aboga por una representación más efectiva en los organismos y foros financieros y económicos. Por que se coordinen las medidas de salida de la crisis y los Estados se pongan de acuerdo sobre el calendario, el ritmo y la secuenciación que se debe seguir para normalizar las políticas económicas.
En las circunstancias económicas actuales, los miembros de la zona euro deben coordinar mejor sus políticas macroeconómicas y encontrar la forma de hablar con una sola voz.