Croacia y Turquía son los dos únicos países que formalmente mantienen negociaciones para integrarse en la UE y Bruselas ha dado este lunes una evaluación bien distinta. Fase final para los croatas, pocos avances para los turcos.
El comisario europeo de Ampliación, Stefan Füle, ha presentado el informe anual del ejecutivo comunitario sobre los progresos realizados por los países que buscan el ingreso en la Unión y ha insistido en que, como consecuencia de las lecciones del pasado, el proceso tiene que tener «credibilidad». Sólo se recomendará la apertura de negociaciones cuando un país cumpla los criterios exigidos con un nivel satisfactorio y los países candidatos entrarán sólo cuando estén listos al cien por cien y la UE preparada para recibirlos.
«La adhesión de Croacia, en un maratón, está en los últimos cien metros que son los más difíciles», ha dicho Füle, es decir, con advertencias, Croacia tiene todas las papeletas para convertirse en el socio número 28 de la UE en 2012. Sin embargo, Bruselas reconoce que queda mucho por hacer en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, en la reforma de la justicia y de la administración, en la protección de las minorías y en la colaboración con el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia. Aún así, la Comisión parece tener prisa en este caso y en el primer trimestre del año próximo se evaluarán los capítulos más decisivos sobre los derechos fundamentales y la justicia.
Todo lo contrario que ocurre con Turquía. Bruselas celebra los avances en las reformas políticas pero advierte que queda su aplicación correcta y detecta fallos en el respeto a los derechos humanos, libertad de expresión, libertad sindical y respeto a las mujeres. Además la Comisión aprecia resultados limitados en la cuestión de la minoría kurda y en el desbloqueo del conflicto con Chipre.
El comisario de Ampliación ha dicho que el ingreso de Turquía es un test de credibilidad para ambas partes. «Para los Estados miembros porque tenemos que atenernos a las reglas del juego y para Turquía porque está en juego su compromiso con las reformas, que son el motor de la futura adhesión».
Sobre Macedonia (oficialmente Antigua República Yugoslava de Macedonia), el otro país que es formalmente candidato a la integración, la Comisión no ha tomado ninguna decisión sobre el inicio de negociaciones, a la vista del enquistado problema del nombre del Estado, sobre el que no hay acuerdo con Grecia.
Sin embargo, Bruselas ha recomendado conceder el estatus de país candidato a Montenegro, una decisión que debe tomar el Consejo. En cualquier caso, la Comisión llama la atención sobre un deficiente funcionamiento democrático en el país y un escaso respeto por las minorías. También se ha recomendado abrir negociaciones con Albania, como país aspirante, aunque el ejecutivo comunitario recomienda hacer más esfuerzos en su proceso democrático. Igualmente se contempla el caso de Kosovo, a pesar de que no todos los socios comunitarios han reconocido la independencia del país. También en este caso se aprecian avances, pero se habla de corrupción extendida y déficit en la integración de las minorías.
La independencia de Kosovo es también el principal obstáculo para la integración de Serbia, que presentó su solicitud de adhesión a finales de octubre. La Comisión valora el proceso de reformas emprendido pero pide una actitud más constructiva hacia su antigua provincia.
Por último, la Comisión reitera que Islandia cumple con todo el acervo comunitario, puesto que forma parte desde hace años del Espacio Económico Europeo. En este caso, se ha valorado el avance hacia la estabilidad económica y la recuperación del sistema financiero. Asunto polémico y complicado es la pesca, puesto que Islandia, según Bruselas, no ha hecho los deberes para acercarse a la Política Pesquera Común.