El llamado caso «Vatileaks» abrió la caja de pandora con filtraciones al exterior de documentos personales, revelados o secretos, de Benedicto XVI y por el que se condenó al mayordomo personal del papa, Paolo Gabriele. Pero tras el mayordomo había una auténtica lucha de poder con extorsiones económicas, relaciones homosexuales y de tráfico de influencias, según los dos periódicos italianos.
El informe, de 300 páginas, ha sido dirigido por tres cardenales ancianos que conocen muy bien como funciona la curia. El español Julián Herranz, el eslovaco Jozef Tomko y el italiano Salvatore de Giorgi. En él se demostraría que existe un lobby homosexual que organiza citas en la periferia y el centro de Roma; otro grupo que se dedicaba a crear y destruir carreras en el Vaticano y un tercer grupo, de carácter económico, que usaría fondos financieros para influir en la voluntad del gobierno vaticano.
El pontífice habría sido informado en diciembre de la existencia de estos documentos lo que, según sus allegados, le había decidido a presentar su renuncia, al encontrarse cansado para hacer frente a un nuevo escándalo en la Iglesia Católica. Ya en 2010 salió a la luz un escándalo en el que estaban implicados seminaristas que se prostituían o ejercían como proxenetas. En el artículo de Concita di Gregorio en 'La Repubblica' se apunta que todo se inició cuando la justicia italiana investigó a Angelo Balducci, gentiluomo del papa, por un caso de corrupción. Pincharon su teléfono y descubrieron que se comunicaba con frecuencia con un miembro del coro de San Pedro, que le ofrecía servicios sexuales con jóvenes, incluidos seminaristas. Los encuentros tenían lugar en una sauna a las afueras de Roma.
El informe estará sobre la mesa en el próximo cónclave, que no será fácil. Entre los votantes podría estar el cardenal Roger Mahony, jubilado de la arquidiócesis de Los Ángeles, que este sábado debe declarar ante un tribunal estadounidense citado por encubrir a 129 sacerdotes de su diócesis acusados de pederastia. Un caso similar es del arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, uno de los 'papables', que ha sido interrogado por los abogados de 500 víctimas de curas de Milwaukee, diócesis que presidió entre 2002 y 2009.
En ese mismo sentido hoy se ha sabido que la Iglesia belga ha pagado hasta ahora 330.000 euros a las víctimas de los curas pedófilos en los colegios católicos de Bélgica. Las indemnizaciones van desde los 2.500 euros hasta los 25.000 euros para las violaciones reiteradas y graves,
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