El próximo martes los 27 deben tomar una decisión al respecto. Si se da a Serbia el nuevo estatus deberán ratificarlo los jefes de Estado y de gobierno en la cumbre de los días 1 y 2 de marzo. Para Belgrado es su máxima aspiración, de modo que ha tenido que ceder porque la UE exigía una confirmación de diálogo con las autoridades kosovares y el fin de las tensiones fronterizas.
En Kosovo viven unos 120.000 serbios, 40.000 de ellos en la frontera con Serbia, donde los enfrentamientos entre las dos etnias han sido constantes en los últimos meses. El acuerdo alcanzado ahora incluye también compromisos para la gestión de la frontera común.
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, ha señalado en un comunicado que «saludamos los acuerdos obtenidos hoy sobre la cooperación regional y la gestión concertada de los puestos fronterizos... Son muy importantes no sólo para Serbia y Kosovo, sino también para la estabilidad de la región y por lo tanto para la Unión Europea».
Serbia tiene ahora el camino limpio para que los socios europeos acepten su candidatura, después de su colaboración con el Tribunal Internacional para la Antigua Yugoslavia, al entregar a todos los sospechosos de crímenes de guerra. El contencioso con Kosovo era el único asunto pendiente que los 27 usaron como argumento para no atender la petición serbia el pasado diciembre y dar un plazo a ambas partes para pactar.
El acuerdo, en cualquier caso, no cambia la postura de Belgrado que sigue sin reconocer la independencia kosovar, al igual que otros cuatro países de la UE, entre ellos, España.