Los representantes de los tres poderes europeos, Parlamento, Ejecutivo y Consejo han acordado varios puntos importantes para que la Iniciativa Ciudadana sea implantada.
Cuando se quiera poner en marcha una iniciativa el primer paso que habrá que dar es registrarla y comprobar de este modo que es admisible. Este trámite se hará antes de recoger las 300.000 firmas de apoyo y no después como quería establecer la Comisión Europea.
La propuesta será examinada por un comité de ciudadanos compuesta por, al menos siete europeos procedentes de otros tantos Estados miembros. Se trata de garantizar que la propuesta de iniciativa está bien fundada y tiene una «dimensión europea».
Las firmas que se recojan deberán proceder de un cuarto de los Estados miembros, en este momento serán siete. Una vez que se haya presentado el millón de firmas, el Ejecutivo comunitario debe asegurar que la iniciativa tendrá un seguimiento y, al menos, será sometida a una audiencia pública.
La comprobación de la autenticidad de las firmas será competencia de cada uno de los Estados miembros implicados.
Si una iniciativa reúne el millón de firmas la Comisión Europea deberá poner a disposición de los organizadores una guía con la metodología a seguir y un punto de contacto.
El reglamento se revisará cada tres años y no los cinco que se habían propuesto.
Este acuerdo tiene que ser respaldado por cada una de las partes, lo harán probablemente antes de que termine 2010. Los Estados miembros tendrán un año para incorporarla a sus legislaciones. A la iniciativa Ciudadana Europea le queda un largo camino por recorrer.