La comisaria de pesca Maria Damanaki exigía drásticas reducciones en muchas de las especies, aunque se ha mostrado satisfecha. Lo decidido este jueves «nos puede dejar una hoja de ruta para alcanzar el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) para 2015», en lugar de para 2020 como habían pedido los principales países pesqueros europeos. La meta se aplazará hasta 2017 para cuatro reservas «con el fin de evitar los descartes», las capturas que no se pueden comercializar y que son arrojadas de nuevo al mar.
Según el ministro español de Agricultura y Pesca, Arias Cañete, la merluza del Gran Sol para la que la Comisión pedía una reducción del 32 por ciento ha quedado en el mismo Total Admisible de Capturas (TAC) que este año, 51.509 toneladas. Para la merluza del sur el TAC conseguido es del 15 por ciento, el máximo permitido.
La propuesta inicial que planteaba la CE era de reducir las capturas para la mayoría de los recursos de interés para la flota española, merluza del norte, gallo, rape y cigala. Una postura que rechazaba la mayoría de los países miembros, entre ellos los principales países pesqueros como España, Francia, Irlanda y Portugal que consideraban que los informes científicos no lo hacían necesario.
El lenguado, gallo y abadejo tendrá el mismo TAC para el año próximo que el que han tenido para este. Lo mismo ocurrirá con el gallo del norte, del que se pescarán 6,551 toneladas. El rape del caladero nacional, se pescará un 25 por ciento menos frente a la reducción que proponía la CE del 38 por ciento. En cuanto al rape del Golfo de Vizcaya y de Gran Sol la reducción del 20 por ciento que quería la comisaria Damanaqui quedó finalmente en un 5 por ciento, 128 toneladas menos que en 2012.