El balance de víctimas de la tragedia del pasado sábado en el festival Love Parade que se iba a celebrar en la localidad alemana de Duisburgo, ha aumentado a 21. Ha fallecido una joven de 25 años que resultó gravemente herida en la estampida.
Alemania intenta asumir y entender como pudieron suceder los trágicos acontecimientos. Según la policía, las autoridades locales hicieron oídos sordos a las advertencias de que Duisburgo era una localidad demasiado pequeña para recibir al millón de personas que se podía esperar. Por su parte los organizadores acusan a la policía de que permitieran la entrada a demasiadas personas en la vieja estación de carga en la que se celebraba la Love Parade.
Un alto cargo policial, Dieter Wehw, rompió a llorar este miércoles en una rueda de prensa informativa, cuando decía que las víctimas murieron asfixiadas por aplastamiento.
Este sábado se celebrará un funeral de Estado al que asistirá la canciller Angela Merkel.
El alcalde de Duisburgo, Adolf Sauerland, uno de los principales blancos de las críticas, ha anunciado su ausencia en el funeral para no herir los sentimientos de las familias. El pasado domingo fue insultado y agredido cuando intentaba poner unas flores en honor de las víctimas en el lugar de la tragedia.
Las dos estudiantes de Erasmus españolas que murieron en la avalancha llegarán este miércoles al aeropuerto del Prat de Barcelona. Sus funerales están previstos para el jueves, las familias han pedido a los medios de comunicación que se respete su intimidad.