El presunto autor de los atentados del pasado 22 de julio en la capital noruega, Anders Behring Breivik, ha confesado que fabricó y puso la bomba en Oslo y tiroteó a los jóvenes que estaban en el campamento de la isla de Utoeya. Aunque no se considera culpable. Justifica su acción por la «necesidad de salvar a Europa del Islam y del comunismo». Según el juez, Breivik ha dicho que quería impedir «futuros reclutamientos» para el Partido Laborista en el poder, al que ha acusado de haber «traicionado al país» y de haber «importado musulmanes de forma masiva».
El principal objetivo del asesino era la exprimera ministra Gro Harlem Brundtland, perteneciente al Partido Laborista, una mujer muy respetada en Noruega. Estuvo esa mañana en la isla de Utoeya dando un discurso, pero se había marchado ya cuando llegó Breivik.
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