El presidente saliente ha deseado suerte al ganador y ha reconocido su derrota: «Soy el presidente, yo era el jefe, y cuando se da un fracaso, soy quien asume la responsabilidad», ha dicho un Sarkozy, sentimental en las formas, con alusiones personales: «Voy a volverme un francés común y corriente. Nunca podré devolverles lo que me dieron porque ustedes me han dado demasiado».
Sarkozy no ha hablado de su futuro en la política francesa, donde ha hecho carrera durante 35 años y solo se ha referido a la grandeur de Francia: «Deseo de todo corazón que Francia, nuestra patria, nos ayude a superar todas las dificultades. Tenemos que pensar en la grandeza de Francia y el bienestar de los franceses».
A pesar de lo que vaticinaban las encuestas desde el triunfo de Hollande en la primera vuelta, Sarkozy confíaba en repetir mandato, con el voto de centro y de ultraderecha, y hasta hace unas horas insistía en que las encuestas también se equivocan. No ha sido así.