Sarkozy fue detenido ayer en Nanterre, al oeste de París y está imputado en el mismo caso que su abogado, Thierry Herzog y el juez Gilbert Azibert del Tribunal de Casación. Es la primera vez en la historia de la V República, que a un expresidente le interrogan en una comisaría. Sarkozy está bajo sospecha de haber organizado un entramado al más alto nivel que le filtraba información sobre procesos judiciales que le afectaban. Según la prensa frances, una red de topos en el corazón de la magistratura.
Sarkozy, quien niega toda implicación en el caso, perdió la inmunidad presidencial de responsabilidades legales un mes después de dejar el cargo en junio de 2012. Las investigaciones policiales se iniciaron en febrero, tras sospecharse que el fallecido líder libio Muamar el Gadafi financió su campaña electoral de 2007, quien antes de los bombardeos de Trípoli en 2011 afirmó haber donado fondos para la candidatura del político francés. Una campaña electoral que puede costar cara al expresidente galo.
Se sospecha que el juez de la sala de lo Civil del Supremo Gilbert Azibert, cercano al abogado del expresidente, recababa información sobre los avances en la investigación contra Sarkozy por presunta financiación ilegal a cambio de un puesto de prestigio.
Sarkozy ha comparado a los magistrados que solicitaron las escuchas telefónicas con la policía la «Stasi» de la Alemania comunista, y los partidarios de Sarkozy afirman que la investigación está motivada políticamente.
Las investigaciones podrían obstaculizar sus intenciones políticas de volver a presentarse a las próximas elecciones presidenciales.
Este caso es una de las seis investigaciones judiciales que involucran al político francés, incluyendo una nueva que se inició este año, y que contempla posibles irregularidades en la campaña electoral de 2012, que perdió contra el socialista François Hollande.
Un escándalo por el que, hace un més dimitió, el presidente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-François Copé, que siempre ha pedido que no se ponga en duda su honradez porque él no sabía nada.
La fiscalía incautó documentación de la sede parisina del gabinete de comunicación Bygmalion, empresa que emitió facturas falsas por más de 10 millones de euros a cuenta de la UMP, y que correspondían a la campaña de 2012 en la que Sarkozy fue derrotado.
Hace un año el expresidente francés hacía un llamamiento para movilizar a sus simpatizantes y evitar la quiebra de la formación política conservadora. En solo un día, la UMP consiguió casi un millón de euros en donaciones.