Después de un encuentro en el Palacio del Elíseo, Sarkozy ha trasladado a los medios, sin preguntas, la versión optimista de la situación en la eurozona. Grecia tiene la determinación total de cumplir escrupulosamente los compromisos a cambio de la ayuda financiera y el propio presidente francés se va a reunir con Merkel para acelerar la integración económica de Europa. «Sólo puede haber entre Alemania y Francia una perfecta identidad de puntos de vista para resistir a la especulación, a la inestabilidad de los mercados y para proteger Europa», ha dicho el presidente francés.
El primer ministro griego, Yorgos Papandreu, ha insistido por enésima vez en que los ajustes están en marcha: «Los griegos están dispuestos a hacer los cambios necesarios. Estamos haciendo sacrificios y cumpliremos las decisiones que hemos tomado. Nuestra responsabilidad es hacer las reformas necesarias porque queremos que nuestro país sea competitivo, transparente y haya justicia social».
En ese punto de la transparencia, que hasta ahora ha traicionado al gobierno griego, es en el que Papandreu ha querido hacer más hincapié. «Estamos dispuestos a acoger a expertos franceses y de otros países para que puedan ver lo que hacemos con total transparencia», ha dicho el jefe del gobierno heleno.