Sarkozy ha declarado durante 12 horas en el tribunal de Burdeos, que lo ha declarado "testigo asistido", lo que quiere decir que los jueces no han encontrado suficientes pruebas para imputarlo, pero podrían ser acusado dentro de un tiempo, si durante las investigaciones se encontraban más pruebas que lo relacionasen con el caso. La justicia francesa le investiga por posible financiación ilegal de la campaña de 2007. Mientras, uno de los candidatos a sucederle dentro del partido, François Fillon, amenaza con ir a los tribunales por posibles irregularidades en las primarias celebradas en la UMP el domingo. El partido que Sakozy lideró, sin ninguna disidencia, está al borde de la ruptura.
La justicia francesa quiere saber si el ex mandatario galo recibió dinero (unos 150.000 euros) de la mujer más rica de Francia, Bettencourt, la heredera de l'Oréal, para financiar la campaña electoral que le llevó al Elíseo. Y para obtener esa financiación, según la acusación, se habría aprovechado de la debilidad de Liliane Bettencourt, ya octogenaria. Al parecer hubo varios encuentros entre ambos en la masión de la anciana en Neuilly-sur-Seine. Una información que habría obtenido en el registro del pasado 3 de julio el juez, cuando registró el domicilio de Sarkozy y el despacho en el que trabaja actualmente.
La acusación judicial se basa en declaraciones de la excontable de Bettencourt, que aseguró haber preparado varios sobres con dinero en metálico por orden del que era gestor de su fortuna, Patrice de Maistre, imputado ya en este caso por abuso de debilidad. Entonces la denuncia fue presentada por una hija de Liliane. Según la fiscalía, de Maistre introdujo en Francia cuatro millones de euros procedentes de cuentas suizas de la heredera entre 2007 y 2009. Además de estos implicados, el juez ha interrogado a ex colaboradores de Sarkozy como el que fue su secretario general de la Presidencia, Xavier Musca, y dos antiguos consejeros de Justicia, Patrick Ouart y su antecesor Jean-Pierre Picca ((2007-2009).
Además del «caso Bettencourt», Sarkozy tiene otras causas judiciales abiertas. Un alto cargo del gobierno libio de Gadafi aseguró que recibió 50 millones de euros en su campaña de 2007 y su presunta implicación en la financiación ilegal de la campaña presidencial de Edouard Balladur en 1995, cuando era tesorero de la UMP. La justicia investiga también un presunto caso de atribución de contratos no legales a empresas de sondeos cuando Sarkozy estaba en el Elíseo
En Francia el expresidente Jacques Chirac fue condenado, en diciembre de 2011, a dos años de prisión exentos de cumplimiento por un caso de corrupción y financiación ilícita de partidos, cuando era alcalde de París.
Y mientras el partido que ha gobernado Francia durante la última década, se encuentra inmerso en una crisis política. Uno de los candidatos, el ex primer ministro, François Fillon, ha descubierto que en las elecciones primarias del domingo no se habían contabilizado 1.300 votos. De sobra para conseguir la victoria. El lunes Fillon había aceptado la derrota ante Jean-François Copé a regañadientes, pero ante el «hallazgo» ha dicho que si no se tienen en cuenta llevará el caso a los tribunales. La Comisión del partido estudia si vuelve a recontar los votos o se arriesga a llegar a la justicia.
Los analistas creen que ante esta situación Sarkozy podría intentar presentarse como salvador del partido y presentarse a las elecciones de 2017. Una apuesta que apoyaría el 52 por ciento de la militancia de UMP, según algunos sondeos, pero el escándalo judicial en el que se ve inmerso el expresidente francés podría reducir sus posibilidades de ser reelegido. El propio Copé, presidente de la UMP, en estos momentos, ha dicho que él retiraría su candidatura en beneficio de Sarkozy.
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