Víctor es un nombre ficticio tras el que se esconde una tragedia más de carretera. Hace 10 años salió de su pueblo, en Ávila, a visitar a unos familiares. Pocos kilómetros, carretera secundaria sin tráfico y sin el cinturón de seguridad puesto. Había anochecido y en un despiste, su coche giró bruscamente y dio varias vueltas de campana. Víctor quedó inmovilizado fuera del vehículo. Estaba consciente pero una lesión medular le impedía mover los brazos o las piernas. Veía su teléfono móvil a un par de metros de él, pero no podía alcanzarlo. Así pasó ocho horas hasta que un vecino vio el coche volcado y llamó a la Guardia Civil. Ahora Víctor recuerda aquellos momentos dramáticos con serenidad. «Es inútil pensar qué habría pasado si hubiera podido avisar por teléfono. Lo que sí puedo decir es que fueron horas muy angustiosas».Hoy Víctor, parapléjico, ayuda a ONGs y cuenta su caso y lo que no debió hacer en cursos de seguridad vial.
Es sólo una triste historia más de las que hay detrás de cada accidente de tráfico, pero plantea un gran interrogante. ¿Si los servicios de emergencia hubieran llegado a los pocos minutos, las lesiones de Víctor serían menores? La respuesta es difícil, pero lo que sí es cierto es que la tecnología ya hoy permite que el teléfono de emergencias 112 reciba una llamada de auxilio automática cuando un vehículo tiene un accidente, aunque los ocupantes no puedan hacerlo.
La tecnología permite ya el e-call
El sistema e-call consiste en un dispositivo adaptado al vehículo que se acciona en el momento del impacto. El GPS da la localización exacta del lugar del accidente y permite a los técnicos del 112, número único de emergencias en toda Europa, enviar un equipo de ayuda desde el punto más próximo.
La Comisión europea está decidida a que la incorporación del e-call en los vehículos, que ahora es voluntaria, sea obligatoria antes de 2014. Hay prisa porque los datos que maneja la UE parecen concluyentes: este sistema salvaría 2500 vidas al año y reduciría la gravedad de las lesiones producidas en accidentes de tráfico en un 10 o 15 por ciento.
Sin embargo, ningún país de la UE lo ha implantado. Quince Estados, entre ellos España, han firmado un memorando de acuerdo, otros seis ya se han comprometido y los cinco restantes, Dinamarca , Francia , Irlanda , Letonia , Malta y Reino Unido se niegan alegando motivos de coste. Los cálculos que hace la Comisión no justifican el argumento. Los accidentes de carretera cuestan a la economía europea más de 160.000 millones de euros al año. El sistema e-call permitiría ahorrar 26.000 millones y tendría un coste de menos de 100 euros por vehículo.
Además, no sólo beneficiará a los consumidores, sino también a las empresas al facilitar a los sectores automovilístico y de las telecomunicaciones ofrecer nuevas aplicaciones y servicios mejorados,como los tacógrafos digitales o los telepeajes.
Para que funcione, eCall precisa la plena colaboración de los sectores automovilístico y de las telecomunicaciones, así como de las administraciones nacionales de todos los países de la UE, que deben asegurar que sus servicios de urgencia están equipados para tratar las llamadas eCall . La comisaria europea de Sociedad de la Información, Viviane Reding, ha sido tajante en la acusación a los Estados reticentes al proyecto. «Los europeos no deberían tener que seguir esperando un sistema que puede salvar sus vidas solo porque sus Gobiernos no actúan».
Prueba para los equipos de rescate
Aitor Canales, director de la cátedra de seguridad vial y movilidad del Instituto Europeo de Ciencias Políticas, opina que hay en algunos gobiernos motivos más inconfesables y son de tipo jurídico. «El e-call va a permitir también conocer cuándo se activan los recursos de emergencia y la calidad del servicio que presta la administración y, por tanto, su responsabilidad en las consecuencias finales del siniestro». Canales considera que no hay otros argumentos para oponerse a la implantación del sistema. Al contrario, abre las puertas para impulsar una legislación, que ya tienen algunos países de la UE, sobre tiempos mínimos de respuesta en caso de accidentes.
Para que e-call sea operativo debe haber unas directrices armonizadas en toda la UE y hacer pruebas sobre el terreno para la puesta en marcha. La Comisión tiene un Programa para la Innovación, por el que apoya económicamente los proyectos piloto y las campañas de divulgación entre los ciudadanos.
El sector de telefonía móvil se ha sumado ya a la iniciativa y la industria no pone objeciones. Está por establecer unos estándares comunes técnicos y no ve problemas de coste. Fernando Azebrón, director técnico de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles (ANFAC), afirma que el e-call es una necesidad para aumentar la seguridad en carretera. «Aunque la competencia en el sector es máxima, es asumible incorporar el e-call como equipamiento adicional de seguridad del vehículo, pero hay que dar tiempo a la industria. Debemos hablar de un escenario temporal razonable para su implantación».
La comisaria Viviane Reding, sin embargo, no está dispuesta a esperar. Ya avanzó el pasado agosto su decisión de seguir adelante con el proyecto, si no es voluntaria, obligatoriamente. «Quiero ver los primeros automóviles con eCall en nuestras carreteras el año que viene: si la implantación de eCall no se agiliza, la Comisión está lista para fijar unas normas claras que obliguen a actuar a los Gobiernos, a la industria y a los servicios de urgencia».
Su estrategia es que a partir de 2009 se empiecen a instalar los dispositivos y en 2014 dispongan de él todos los vehículos que circulen por las carreteras europeas. En 2008, más de 1,2 millones de accidentes en las carreteras de Europa provocaron alrededor de 39 000 víctimas mortales y más de 1,7 millones de heridos. euroXpress