No se ha hablado mucho de derechos humanos de los que el presidente ruso ha venido a decir en la rueda de prensa posterior a la cumbre, que en todas partes cuecen habas y que en la UE también hay problemas de racismo y xenofobia, ni de posibles fraudes en las últimas elecciones rusas. Se ha hablado sobre todo de economía.
Para el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, se ha progresado mucho en la agenda bilateral. Ha felicitado calurosamente al presidente ruso, Medvedev, por la adhesión rusa a la Organización Mundial del Comercio que se materializará este viernes en Ginebra «Después de 18 años de negociaciones, este es un gran logro» ha dicho Barroso.
Aunque Medvedev no ha dado ninguna cifra, ha dicho que «no es un secreto» que la UE es el principal socio económico de Rusia y que a Moscú le preocupan los problemas del euro. «Vamos a seguir dando apoyo y estamos dispuestos a invertir todos los medios financieros necesarios para apoyar a la economía europea y la eurozona» ha añadido tras recordar que el 41% de las reservas extranjeras rusas están empleadas en euros.
Fuentes rusas han adelantado que dará al menos 10.000 millones de dólares al FMI para respaldar al euro. Uno de los asesores económicos, Arkady Dvorkovich, añadió que el total podría ser mayor porque Rusia tiene mucho en juego en la UE.
Rusia exporta a la UE más que a cualquier otro mercado, y es el tercer socio comercial de esta. El intercambio total equivale a 245.000 millones de euros. Rusia es el proveedor energético más importante de la UE a la que suministra casi una cuarta parte de su consumo de gas natural y el 30% del crudo.
También se ha establecido la hoja de ruta para la exención de visados. Los pasos que se deberán dar a partir de ahora pueden llevar un año. La hoja establece que la eliminación del régimen de visados tendrá en cuenta «las relaciones entre la evolución de los flujos migratorios y la protección de los derechos humanos y libertades fundamentales, así como el respeto a la supremacía del derecho».