El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, se ha plantado este lunes antes de que se celebren negociaciones en Moscú con el enviado de la ONU, Kofi Annan, resistiendo la presión internacional sobre su país y China para que dejen de apoyar al presidente Bashar al-Assad.
Es probable que sus comentarios acaben con las esperanzas de los diplomáticos occidentales de que Moscú buscara una manera elegante de retirar su apoyo a Assad y aceptara que el mandatario no debe jugar ningún rol en una transición. «Con gran pesar vemos elementos de chantaje», dijo Lavrov en una conferencia de prensa antes de que Annan iniciara una visita de dos días que incluirá conversaciones, el martes, con el presidente Vladimir Putin. «Este es un enfoque contraproducente y peligroso», agregó.
Mientras, Marruecos ha solicitado al embajador de Siria en Rabat que abandone el país, ha anunciado este lunes el Ministerio de Relaciones Exteriores. En represalia, el gobierno sirio ha declarado «persona non grata» al enviado marroquí en Damasco, y le ha pedido que se vaya.
Violencia en la capital
La violencia en Siria no ha cedido, y partes de la capital han estado bajo fuego por segundo día consecutivo, según los activistas, mientras las fuerzas del gobierno bloquean calles dentro y fuera de la ciudad. «Los disparos de mortero se reanudaron a primera hora de la mañana», han dicho este lunes los Comités de Coordinación Local, una red de la sociedad civil.
La agencia de noticias Reuters informa que el crepitar de pequeñas armas de fuego se escucha por todas las calles de Damasco. Efectivos sirios respaldados por vehículos blindados avanzaron sobre el centro de la ciudad, expulsando a los rebeldes que se habían atrincherado allí, a escasa distancia de las principales sedes estatales.
La ofensiva militar de este lunes ha continuado azotando en diversos barrios de la capital, entre ellos Midan, Tadamon -donde se informó que había francotiradores apostados en las azoteas- Kfar Souseh, Nahr Aisha y Sidi Qadad.
Según los Comités, efectivos del gobierno y combatientes rebeldes del Ejército Sirio Libre también se han enfrentado en el distrito de la capital de Kfar Souseh. El Observatorio para los Derechos Humanos en Siria, con sede en Gran Bretaña, ha informado de «batallas al alba en la carretera al sur de Kfar Souseh, entre combatientes rebeldes y soldados que iban en en un convoy que atravesaba el área».
Un habitante del cercano Jaramana ha dicho «No dormí en toda la noche. Era una zona de guerra real». El poblado de Qatana, a 20 kilómetros de Damasco, también fue bombardeado este lunes. En otras partes, las fuerzas del gobierno dispararon contra los sitiados distritos de Khaldiyeh, Jourat al-Shiah y Qarabees, en Homs.
Hacia el norte, las fuerzas del gobierno tomaron por asalto la ciudad de Hama, escenario de feroces enfrentamientos y de una serie de sonoros estallidos, señala el Observatorio. El gobierno continúa desafiante, e insiste en que está defendiendo a su pueblo y su soberanía.
«Guerra civil»
Mientras los ataques contra áreas residenciales de Damasco continúan, el Comité Internacional de la Cruz Roja dice que ahora considera que el conflicto sirio es una guerra civil. La evaluación de esa entidad con sede en Ginebra puede tener implicaciones para los juicios por delitos de guerra y significa que el derecho humanitario internacional se aplica en todo el país, aunque tendrá poco efecto en el terreno.
También conocidas como las reglas de la guerra, las leyes humanitarias conceden a todas las partes de un conflicto el derecho a usar una fuerza adecuada para lograr sus objetivos. «Ahora estamos hablando de un conflicto armado no internacional en el país», dijo el domingo el portavoz de la Cruz Roja, Hicham Hassan.
Antes, el Comité de la Cruz Roja había restringido su evaluación del alcance del conflicto a los puntos álgidos de Idlib, Homs yHama. Pero Hassan dice que la organización cree que la violencia se está extendiendo. «Las hostilidades se han propagado a otras áreas del país. El derecho humanitario internacional se aplica a todas las áreas donde tengan lugar hostilidades», señala Hassan.
Josh Lockman, profesor de derecho internacional en la University of Southern California, dice que la evaluación no marca ninguna diferencia significativa en el terreno, pero que es de «tremenda» importancia a largo plazo. «Con esta aplicación del derecho humanitario internacional al conflicto, se puede responsabilizar a algunos funcionarios gubernamentales importantes tanto de masacres contra civiles como del trato que se da a los combatientes capturados, en este caso rebeldes, hasta el grado de haber abusado de ellos, haberlos lastimado o asesinado».
Aunque el levantamiento armado en Siria empezó hace más de un año, el comité dudaba sobre si llamar o no «guerra civil» al conflicto, aunque otros, entre ellos funcionarios de la ONU, ya lo habían hecho.
Esto es porque las reglas de la guerra pasan por encima y en cierta medida suspenden las leyes que se aplican en tiempos de paz, lo que incluye el derecho universal a la vida, el derecho a la libre expresión y el derecho a reunirse pacíficamente.