En tercer lugar los más expulsados en 2012 y 2013 son los españoles, por delante rumanos y búlgaros. El año pasado las autoridades belgas retiraron el permiso de residencia a 2.172 personas, de las que 816 eran de nacionalidad rumana, 393 de nacionalidad búlgara y 323 españolas.
En la lista de expulsados siguen holandeses (305), italianos (265) y franceses (176). De 343 personas afectadas por la retirada del permiso de estancia se pasó a 965 en 2011, a 2407 en 2012 y más de 2.700 en 2013.
Según las autoridades belgas la razón para justificar la mayoría de las expulsiones, que en ocasiones afectan a personas que residen desde hace muchos años en el país, es la «carga irracional» para su sistema social, un concepto que admite la Directiva europea que regula la libre circulación de los ciudadanos en la UE.
La legislación comunitaria establece que los europeos tienen derecho a residir en un Estado miembro que no sea el suyo durante un periodo que no supere los tres meses sin tener que ser sometidos a ninguna condición o formalidad más que la de tener un carné de identidad o pasaporte válidos.
Para las estancias más prolongadas hay una condición, la de que no represente una carga excesiva para el sistema de ayuda social del país de acogida.
En los últimos meses tanto la prensa belga como la extranjera se han hecho eco del aumento de las expulsiones y han denunciado el caso de familias concretas afectadas por esa medida.