¡Mi reino por un caballo!, fue el grito de guerra de Ricardo III. El rey que William Shakespeare presentó como un tirano mostruosos que asesinó a dos príncipes en la Torre de Londres y murió luchando contra Enrique Tudor por el trono, revolvía sus entrañas en un aparcamiento de Greyfriars.
Richard Buckley, jefe de los arqueólogos que han realizado el hallazgo, decía exultante, «la conclusión académica de la Universidad de Leicester es que, más allá de una duda razonable, el individuo exhumado en Greyfriars en septiembre de 2012 es efectivamente Ricardo III, el último rey Plantagenet de Inglaterra»
No ha sido fácil dar con sus huesos. Para ello han extraído ADN de un fabricante de muebeles de Londres, nacido en Canadá, Michael Ibsen, que según los genealogistas era el descendiente directo de la hermana de Ricardo, Ana de York.
El esqueleto mostraba signos de lesiones coherentes con heridas recibidas en batalla; un utensilio con filo parecía haber partido parte de la zona posterior del cráneo mientras que se encontró una flecha de metal entre las vértebras de la parte superior del esqueleto.