La UE abre una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros. No es probable que el sistema bancario español necesite todo ese dinero, el Fondo Monetario Internacional (FMI) cifraba la cantidad que los bancos españoles necesitan en un mínimo de 40.000 millones de euros.
El importe final de la ayuda está condicionado al resultado de las dos auditorías del sistema financiero español que están realizando Roland Berger y Oliver Wyman y una evaluación que hará la Comisión Europea en coordinación con el Banco Central Europeo (BCE), la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
España pretendía que la ayuda fuera directamente a los bancos, pero los estatutos del fondo de rescate de la UE no lo permiten. Son los Estados los que garantizan la devolución y el cumplimiento de las condiciones que se impongan a cambio del rescate.
La ayuda no implica «condiciones fiscales» especiales a España, pero exige una reestructuración de las entidades que soliciten apoyo financiero.
El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM) son las dos entidades que estarán a cargo de las ayudas. El Eurogrupo vigilará que España cumpla su compromiso de controlar el déficit excesivo y realice las reformas estructurales necesarias para corregir los desequilibrios macroeconómicos.