El primer ministro italiano, Matteo Renzi, acababa de terminar una reunión de trabajo con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, sobre las prioridades italianas para su semestre de presidencia rotatoria y ambos comparecían ante los medios.
Este sábado la ministra italiana de Exteriores, Federica Mogherini, ha dicho a una radio italiana que no hay una crisis diplomática con Alemania, solo «una discusión política» así como con otros países sobre la forma de interpretar el Pacto de Estabilidad.
Renzi ha hecho un programa pensando en el crecimiento, «en Europa, las reglas deben considerar no sólo la estabilidad, sino tmbién el crecimiento», dijo a los periodistas y añadió ·si solo discutimos de la estabilidad estamos destruyendo una parte de nuestro futuro».
Italia presiona para conseguir una mayor flexibilidad en las normas presupuestarias, el país tiene la mayor deuda pública de la zona euro después de Grecia (alrededor del 130 % del PIB) y el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, había sugerido el jueves, en una comparecencia en el Parlamento alemán, que el presidente italiano debería centrarse más en hacer que la economía italiana fuera más competitiva, en lugar de aumentar la deuda.
Por su parte, José Manuel Barroso que acompañaba a Renzi en la rueda de prensa, señaló que éste había identificado de una forma efectiva los problemas que acucian a la economía europea, pero dio a entender que la Comisión ha sido ya bastante flexible con países como Francia, y advirtió de que sería peligroso avanzar más.
«Lo peor que podríamos hacer es dar la impresión de que no respetamos nuestras propias reglas», afirmó Barroso, y fue más allá diciendo que «los mercados vuelven de nuevo a apostar contra algunos de nuestros Estados miembros».
En cuanto a la llegada de inmigrantes a la costa italiana, Barroso agradeció a Italia su esfuerzo por «salvar miles de vidas en el Mediterráneo» por medio de sus operaciones de búsqueda y rescate Mare Nostrum aunque señaló que las cuestiones relacionadas con la migración corresponden a los Estados miembros.
Por su parte Renzi afirmó que es inaceptable «que se permita que se hunda un barco lleno de niños sólo porque no está claro quien se debe hacer responsable de él». El primer ministro italiano hizo hincapié en que el «Mediterráneo no es el mar de Italia, es la frontera de Europa. O, como yo preferiría decir, su 'corazón'. Se requiere una política europea en todo».
Italia ha hablado con Francia de la necesidad de reforzar FRONTEX (la agencia europea de fronteras) con resultados alentadores y Renzi tiene previsto ayudar a las autoridades libias salidas de las últimas elecciones y «solicitar formalmente la ayuda de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados», para gestionar directamente los flujos migratorios con Libia.El 43 % de los inmigrantes que llegan a Italia proceden de Libia.