El próximo 2 de abril se cumplirá el 30 aniversario del inicio de la Guerra de las Malvinas que enfrentó a Argentina y Reino Unido. Esta guerra apenas duró poco más de dos meses pero dejo tras de ella un trágico balance de 649 soldados argentinos y 255 soldados británicos muertos.
Considerada como una de las últimas guerras invasoras, la tensión entre ambos países nunca ha llegado a suavizarse del todo. La llegada del Príncipe Guillermo, futuro heredero de la corona británica, para continuar con su instrucción militar y la del buque destructor HMS Dauntless, equipado con misiles antiaéreos, no ha sentado nada bien al gobierno argentino.
El equipo de Cristina Fernández ha expresado su malestar por la llegada de este buque y ha hecho público un comunicado declarando que «la República Argentina rechaza el intento británico de militarizar un conflicto sobre el cual las Naciones Unidas ya se han expedido en numerosas ocasiones y han indicado que ambas naciones deben resolver en negociaciones bilaterales». Además el Ministro de Exteriores, Héctor Timerman ha declarado que el Príncipe Guillermo «viene como miembro de las fuerzas armadas de su país y con el uniforme de conquistador», y no como alguien que trabaja para la paz.
Desde Reino Unido, el gobierno ha querido salir al paso de las impresiones del gobierno argentino y ha declarado que la llegada del buque tan solo forma parte de la rutina de trabajo del ejército británico como así lo ha declarado el titular de Defensa, «el despliegue del HMS Dauntless en el Atlántico Sur está previsto desde hace tiempo, es totalmente de rutina y reemplaza otro buque de patrulla».
Por su parte el ministro de Relaciones Exteriores, William Hague en declaraciones a la cadena de televisión norteamericana Sky News ha dejado claro que «siempre estaremos en situación de defender las islas Falkland -denominación británica de las Malvinas-, si es necesario, a pesar de que no creemos que haya ninguna amenaza contra las Falkland en este momento». Y ha querido mandar un aviso velado a Argentina asegurando que el HMS Dauntless es un «buque formidable» y que «sabe golpear muy fuerte», según informaron la agencia de noticias AP y el diario inglés The Telegraph.
America Latina apoya a Argentina
La tensión entre Argentina y Reino Unido se acrecentó en septiembre del año pasado. La presidenta Cristina Kirchner amenazó en la Asamblea General de Naciones Unidas al gobierno británico con cancelar los vuelos semanales que parten de Chile a las islas Malvinas y con la «revisión de entendimientos provisorios» bilaterales si Londres no aceptaba dialogar por la soberanía de éstas. El 20 de diciembre, como acto de solidaridad con Argentina, los países del Mercosur acordaron, durante la Cumbre de presidentes realizada en Montevideo, prohibir el ingreso de buques con bandera de las islas Malvinas a puertos del bloque regional.
El 2012 tampoco empezó para estos dos países de la manera más amigable posible. El 14 de enero, Héctor Timerman criticó la posición de Gran Bretaña respecto a las islas declarando que «el Reino Unido tiene que dialogar ahora para acabar con esta resaca imperial del siglo XIX». La contestación por parte de Reino Unido no se hizo esperar. Días más tarde, el primer ministro británico, David Cameron, denunció la postura colonialista de Argentina.
Durante el primer discurso después de su operación, la presidenta Cristina Kirchner declaró que «también en el mundo del revés escuché que [los ingleses] nos trataban de colonialistas a los argentinos. Uno tiene siempre la tentación de contestar, pero hay que evitarlo». Y criticó a la junta militar por la guerra de 1982. Desde Reino Unido se pedía a Argentina «detener sus intentos de intimidación a los habitantes de las Malvinas».
Argentina las hace parte de la provincia de Tierra del Fuego
Las islas Malvinas constituyen un archipiélago situado en el océano Atlántico Sur en la plataforma continental de América del Sur. Se hallan rodeadas por el mar epicontinental que Argentina denomina mar Argentino, a una distancia mínima de 480 km de la Patagonia y a 1080 km al oeste de las islas Georgias del Sur.
La soberanía de las islas Malvinas ha estado en conflicto entre el Reino Unido y la República Argentina desde 1833. El 2 de enero de ese mismo año llegó la fragata de guerra británica HMS Clio, al mando del capitán John James Onslow, quien comunicó al jefe argentino que iba a reafirmar la soberanía británica y retomar posesión de las islas en nombre del rey de Inglaterra. El capitán de la goleta Sarandí, José María Pinedo, no se consideró en condiciones de resistir y optó por embarcar a sus hombres y retornar a la Argentina. Al día siguiente desembarcaron las fuerzas británicas, izaron su pabellón y arriaron el que había dejado Pinedo, tomando posesión de las Malvinas. Desde entonces, casi dos siglos después continúan las malas relaciones entre ambos países.
En la actualidad es uno de los dieciséis territorios en la lista de las Naciones Unidas de territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización, con el fin de eliminar el colonialismo por lo que la situación de las islas es examinada anualmente por el Comité de Descolonización desde 1965. En la legalidad, las islas y sus espacios marítimos circundantes se hallan bajo control del Reino Unido, para quien las Malvinas constituyen un Territorio de Ultramar.
Argentina no reconoce la soberanía británica sobre las Malvinas, a las que considera una parte integral e indivisible de su territorio que se halla ocupada ilegalmente por una potencia invasora y considera que son parte de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en donde son agrupadas junto con las islas Georgias del Sur, Sandwich del Sur y Orcadas del Sur en el Departamento Islas del Atlántico Sur.
Desde la reforma de 1994 la Constitución Nacional Argentina ratifica en la primera de sus Disposiciones Transitorias la reclamación de la soberanía y la recuperación de las Malvinas como un objetivo permanente e irrenunciable del Pueblo Argentino.
Por su parte, el gobierno británico llegó a prohibir el ingreso de cualquier civil con pasaporte argentino a las Malvinas aunque posteriormente se permitió el ingreso de argentinos con pasaporte de turistas.
Similitudes con el caso de Gibraltar
El paralelismo con el caso de Gibraltar está más que claro para muchos políticos e historiadores. Algunos han declarado que las Malvinas son la ventana de Reino Unido a América y Gibraltar, a la Europa continental.
Integrada en la Corona de Castilla desde la segunda mitad del siglo XV, Gibraltar fue ocupada en 1704 por la escuadra angloholandesa en apoyo del pretendiente Carlos III de España durante la Guerra de Sucesión Española, al término de la cual, fue cedida a la corona británica en aplicación del Tratado de Utrecht en 1713.
Desde los años 1950, el devenir político de Gibraltar ha sido objeto de controversia en las relaciones hispano-británicas. Es uno de los dieciséis integrantes de la lista de territorios no autónomos de las Naciones Unidas bajo supervisión de su Comité de Descolonización. Su soberanía es reclamada por España.
Reanudar las negociaciones sobre la colonia, interrumpidas hace diez años, es uno de los objetivos que se ha marcado el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, en su política sobre Gibraltar. Desde Londres, no quieren oír hablar de ceder la soberanía de este territorio situado en la Península Ibérica.
El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, considera que España, con más de cinco millones de parados, tiene «otras prioridades más importantes que las reclamaciones históricas» sobre el Peñón, según declaraciones a Europa Press y ha añadido que «la posición del Reino Unido es que no entrará nunca en un proceso de discutir o negociar la soberanía de Gibraltar si el pueblo de Gibraltar no está contento con eso».
Además también ha destacado que cada día entre 6.000 y 7.000 españoles, ha añadido, cruzan cada día la Verja para trabajar en Gibraltar, donde la economía está «muy bien», «mejor» que en Europa, mientras que «no son ni diez» los gibraltareños que viven en el Peñón pero tienen su empleo en España.