Reino Unido se blinda ante la ola de violencia

Perplejidad. Con esa sensación millones de británicos asisten a una oleada de violencia callejera sin precedentes, que ha provocado la muerte de una persona y la detención de otras quinientas. El miedo a los miles de jóvenes que destrozan o roban tiendas y queman coches o edificios se combina con las críticas a la policía que, según muchos, no ha sabido o no ha podido garantizar la seguridad ciudadana en las principales ciudades de Reino Unido. El primer ministro, David Cameron, ha interrumpido sus vacaciones y ha prometido que hará todo lo necesario para devolver la calma.
Policías antidisturbios en Londres
Policías antidisturbios en Londres
Perplejidad. Con esa sensación millones de británicos asisten a una oleada de violencia callejera sin precedentes, que ha provocado la muerte de una persona y la detención de otras quinientas. El miedo a los miles de jóvenes que destrozan o roban tiendas y queman coches o edificios se combina con las críticas a la policía que, según muchos, no ha sabido o no ha podido garantizar la seguridad ciudadana en las principales ciudades de Reino Unido. El primer ministro, David Cameron, ha interrumpido sus vacaciones y ha prometido que hará todo lo necesario para devolver la calma.

Esto es delincuencia pura y simple y tiene que ser confrontada y derrotada, ha dicho Cameron. La consecuencia es que 16.000 policías han patrullado la pasada noche las calles de Londres, donde los disturbios han bajado de intensidad, tras cuatro días de pesadilla y de haberse extendido a otras grandes ciudades británicas, como Manchester, Birmingham o Liverpool.

Los políticos británicos están tan asustados como los ciudadanos. Gobierno, oposición y Parlamento estudian los pasos a dar y analizan las causas y consecuencias. «Si sois lo suficientemente mayores para cometer estos delitos sois lo suficientemente mayores para enfrentaros a los castigos», ha advertido el primer ministro, que ha dado orden a la policía para actuar más contundentemente.

Las principales quejas de los vecinos de los barrios afectados por los disturbios iban contra la pasividad de los agentes mientras los alborotadores se dedicaban al pillaje o a destrozar cuanto encontraban. La reacción es que se ha llegado a hablar de utilizar al ejército o implantar toque de queda para los jóvenes. De momento, son solo planteamientos.

Los disturbios se han cobrado su primera víctima. Un joven de 26 años fue disparado en un coche, en el distrito londinense de Croydon y ha muerto este martes en el hospital. El suceso está siendo investigado pero ScotlandYard advierte: «Tenemos fotografías y pruebas que usaremos para identificaros y llevaros ante la justicia».

Los primeros análisis sobre las causas de las revueltas apuntaban a la marginación de algunos barrios londinenses, donde se acusa más el recorte de los servicios sociales y la discriminación de la policía hacia los inmigrantes. Cuatro días después, nadie se atreve a sacar conclusiones con certeza.

Algunos líderes políticos aseguran que la ola de violencia tiene su origen en las cada vez mayores diferencias de riqueza y oportunidades de los británicos. Lo cierto es que las medidas adoptadas por el gobierno conservador-liberal para reducir el déficit llevan consigo importantes recortes de gasto público y subidas de impuestos.

Cameron parece dispuesto a que el conflicto no le supere. Londres acoge los Juegos Olímpicos en 2012.