Reino Unido emprende el ajuste fiscal más profundo de la UE desde la posguerra. En una comparecencia en la Cámara de los Comunes, el ministro británico de Economía, George Osborne, ha puesto fecha al control de las finanzas públicas y a la reducción de la deuda del país: 2015.
Ha dicho que confía en poder controlar la deuda por la que en estos momentos pagan unos intereses de unos 136 millones de euros diarios.
En relación a los empleos públicos, la llamada Oficina de Responsabilidad Presupuestaria ha calculado que 490.000 puestos de trabajo pueden ser eliminados en los próximos cuatro años. Una parte, ha dicho Osborne, desaparecerá de una forma natural, cuando quede una vacante no se volverá a ocupar. Aunque habrá despidos de forma irremediable "Esto es inevitable cuando el país se ha quedado sin dinero" ha dicho.
Otras medidas serán la reducción de un 4% de la financiación de la policía, se impondrá un impuesto permanente a la banca y la edad de jubilación pasará de 65 a 66 años en 2020. Donde más se va a notar el recorte va a ser en la seguridad social, donde se incluyen las pensiones y el seguro de desempleo, pero también en el subsidio infantil que se da a todas las familias, pero que necesariamente tendrá mayor impacto en los que tienen rentas más bajas o la BBC que perderá unos 500 millones de financiación.
Las críticas no se han hecho esperar, afirman que no tiene sentido unos recortes de esta naturaleza cuando los vencimientos de la deuda están muy lejos, en 2024 y que esto no hará más que frenar la economía. El Gobierno, asegura, que el sector privado compensará la menor actividad del sector público.