Todo aquel inmigrante que pida un subsidio estatal en Reino Unido, entre los que se incluye la ayuda a la vivienda, el impuesto sobre la propiedad, el subsidio de desempleo y jubilación, lo tendrá algo más difícil a partir del próximo 1 de enero de 2014.
El gobierno que preside David Cameron ha decidido avanzar en la dificultad de acceso a los subsidios que concede el gobierno a los inmigrantes en un claro desafío al derecho de libre circulación, una de las bases primordiales de la Unión Europea. Algunos califican este movimiento del gobierno inglés como un paso más en el `coto al inmigrante´ puesto en marcha por el Partido Conservador desde hace ya algún tiempo.
No lo tendrán nada fácil los ciudadanos, europeos o no, que lleguen a Reino Unido en búsqueda de nuevas oportunidades laborales. El Ejecutivo de David Cameron les someterá a un test que incluirá cien nuevas preguntas y además tendrán que rendir cuentas sobre su nivel de inglés en los centros de búsqueda de empleo en Gales, Inglaterra y Escocia. Estas personas tendrán que contar cuáles han sido los esfuerzos que han realizado antes de llegar al Reino Unido para encontrar trabajo en una medida, defiende, destinada «a proteger la integridad del sistema de subsidios».
Las cifras de inmigrantes, sobre todo desde el sur de Europa, no dejan de crecer. Un hecho que no deja de preocupar al gobierno británico en lo que se está llegando a convertir en una obsesión por «disminuir en decenas de miles de personas el número de inmigrantes», según palabras del mismo gobierno el pasado mes de septiembre.
Los datos son significativos. Según el Office for National Statistic, el INE inglés, en los últimos meses de 2012 el número de personas que emigró al Reino Unido desde otros países aumentó significativamente en el caso de ciudadanos europeos, debido probablemente a la grave crisis económica anclada en el viejo continente.
Y a pesar de que las llegadas desde fuera de Europa siguen siendo mayores, la gran oleada de personas en todo 2013, procedentes de países del sur como Portugal, Grecia, Italia y España -los denominados países PIGS- ha sido significativa. Tanto que han conseguido incluso equilibrar una Seguridad Social inglesa que disminuía paulatinamente en los últimos tiempos.
En el caso de los españoles, en la primera mitad de 2013 (y a falta de conocer el total del año), llegaron a Reino Unido 45.530 personas, un 50 % más que en el mismo periodo del año anterior. Y todo apunta a que la tendencia, pese a la postura del gobierno británico, no disminuirá en 2014. En términos absolutos son los ciudadanos procedentes de Polonia los que más llegan a UK, con 90.000 personas al año.
Inmigrante en la calle: deportado
Entre los próximos planes de Cameron está el de tramitar por la vía rápida parlamentaria un paquete de medidas que retrasarán por un periodo de tres meses el acceso de los ciudadanos comunitarios a la asistencia estatal. Esta medida se tomará al mismo tiempo que en la UE se levanta el veto a los ciudadanos de Bulgaria y Rumanía en el acceso al mercado laboral de cualquier estado miembro de la UE. Los conservadores y las posturas más antieuropeistas contemplan con estupor esta acción y quieren frenar la avalancha de inmigrantes desde estos dos países con el único objetivo de que no «abusen» del sistema británico de ayudas públicas.
El primer ministro David Camerón lo tiene claro, «hacer del Reino Unido un lugar menos atractivo por los inmigrantes de la UE». De forma que los recién llegados a UK no podrán acceder al cobro del subsidio de desempleo durante sus primeros tres meses de estancia. Una vez cumplido este periodo, sólo podrán ser asistidos por la red pública durante medio año, a no ser que demuestren posibilidades reales de obtener un empleo.
La cosa se complica aún más con la intención del gobierno respecto a aquellos inmigrantes que mendiguen o duerman en las calles, serán deportados, sin posibilidad de regresar a suelo británico en el plazo de un año. ¿Y en el horizonte? Un referéndum a finales de 2017 sobre la pertenencia de Reino Unido a la Unión Europea.