Así que estas iniciativas políticas podrían liberar al Reino Unido de la tutela de la Corte Europea de Derechos Humanos situada en Estrasburgo. Hay que tener en cuenta que por mucho que sea una noticia sorprendente, recuerda que muy a menudo, el gobierno británico ha criticado las acciones de la corte europea acusándola de meterse demasiado en los asuntos exteriores del país.
Entre otras cosas, está la decisión de la corte de obligar a conceder el derecho de voto a los prisioneros y a lo que Londres se niega, o a las repetidas anulaciones de medidas de extradición de presuntos terroristas. No es la primera vez que el Reino Unido se enfrenta con la CEDH. Hay que recordar que en enero de 2012, David Cameron intentó proponer una reforma sobre el funcionamiento de la CEDH pero sin éxito.
Esta nueva polémica surge en un contexto político y social muy particular en Reino Unido y puede que no sea anodino. Aparece después de que se haya anunciado el pasado mes de enero un referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la Unión europea. Y sobre todo después de que el pasado domingo, en las elecciones legislativas en el sur de Inglaterra, la candidata conservadora haya terminado en tercera posición detrás de la candidata del partido United Kingdom Independence Party (UKIP) conocido por sus ideas eurófobas y que alcanzó un 28% de los votos.
No cabe duda de que los tories sienten la amenaza de este partido para las elecciones de 2015. Por ello, hemos asistidos en las últimas semanas a un aumento de declaraciones anti-europeas a veces con tono xenófobo. Uno de los argumentos bastante esgrimido es también el miedo de una llegada masiva de inmigrantes rumanos y búlgaros para el año que viene tras la derogación de las restricciones en relación con la libertad de circulación en Europa.
El objetivo de los conservadores parece muy sencillo: evocar la posibilidad de la política de la silla vacía en las instituciones europeas como la CEDH para convencer a los electores de elegir a un gobierno conservador.
Por el momento, el primer ministro británico David Cameron no comenta sobre el tema pero parece negarse a implementar una política más de derechas. Por lo tanto, la derrota electoral de su partido el domingo pasado en Eastleigh puede abrir el paso a varias contestaciones a su liderazgo. Quizá el Reino Unido, patria de derechos humanos, tenga también que preocuparse por la imagen que está dando a nivel internacional cuestionando una vez más su implicación con la Unión Europea.