Huyen por necesidad. Escapan de conflictos armados o de otras situaciones de vulnerabilidad como la persecución por motivos de género, orientación sexual, ideología, raza o religión que incluso llegan a poner en peligro sus vidas y las de sus familias. Y al llegar al país de destino se encuentran con graves problemas, fundamentalmente, por haber perdido sus redes de apoyo, pero también por desconocimiento del idioma y de las normas y pautas de funcionamiento de la sociedad de acogida. La crisis económica en España dificulta especialmente su proceso de integración por la práctica imposibilidad de acceder al mercado laboral. Lo que les aboca a una nueva situación de extrema vulnerabilidad y riesgo de exclusión social.
El contexto internacional, marcado por el creciente número de conflictos armados que se prolongan en el tiempo como el de Siria o Mali, incide directamente en el incremento del número de personas que huye de sus hogares y atraviesan fronteras buscando un futuro mejor.
Cruz Roja Española ha duplicado en el último año, el número de personas a las que atiende, que han pasado de las 2.900 personas atendidas a más de 4.900. «El objetivo del programa de Refugiados de Cruz Roja es el de conseguir su integración en nuestro país, teniendo siempre respeto y consideración a su cultura de origen, a través de los servicios de Primera Acogida, atención social, psicológica, legal y económica y Acogida Temporal en centros y pisos», recalca Almudena Echevarría, del Programa de Refugiados de Cruz Roja Española.
Para llevar a cabo estas intervenciones Cruz Roja cuenta con la financiación del Fondo Europeo para los Refugiados (FER), la Subvención de Asilo (Dirección General de Migraciones) y de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), pero no es suficiente, según destaca José Javier Sánchez, subdirector de Inclusión Social de la organización humanitaria, «la crisis afecta a todas las personas, y especialmente a un colectivo que se encuentra en situación de extrema vulnerabilidad».
Atención a personas refugiadas fuera de nuestro país
La 'otra cara' de la intervención de Cruz Roja Española en este ámbito tiene lugar precisamente en los países de origen de las personas refugiadas o desplazadas, más de 33 millones según los últimos datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Tanzania, los campos saharauis de Tinduf en Argelia, o Líbano, este último fronterizo con Siria, son algunos de los países en los que Cruz Roja trabaja activamente con las personas desplazadas o refugiadas, en coordinación con ACNUR y otras agencias humanitarias, según apunta María Alcázar, directora de Cooperación Internacional de Cruz Roja Española.
El campo de refugiados congoleños de Nyarugusu, en la región tanzana de Kigoma, es un ejemplo del cometido y compromiso de Cruz Roja con estas personas vulnerables. Los programas de salud se han centrado en la prestación de servicios materno-infantiles adecuados, servicios nutricionales terapéuticos y de alimentación suplementaria o de prevención del VIH/Sida. Diez años después se ha logrado dar la vuelta a los indicadores de mortalidad global, mortalidad de menores de 5 años, o de malnutrición. Para llevar a cabo esta intervención, que inicialmente estaba focalizada en la dotación de agua y saneamiento en 5 campos de Tanzania, Cruz Roja cuenta con el apoyo y financiación de la Unión Europea y de distintas entidades de la cooperación descentralizada española como ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas.
Más larga es la intervención de esta organización en los campamentos de refugiados saharauis en Tindouf (Argelia) donde casi 125.000 personas, según la ONU, llevan más de tres décadas viviendo en condiciones de pobreza y vulnerabilidad en medio de la hammada argelina y con una dependencia prácticamente absoluta de la ayuda internacional. La última encuesta de nutrición de los campamentos de refugiados saharauis realizada por ACNUR y el PMA confirmao los altos niveles de anemia en niños y niñas menores de cinco años y en mujeres lactantes que superan en mucho las tasas recomendables por la OMS. La anemia y el retraso del crecimiento han sido siempre considerados como los mayores problemas de salud pública en los campamentos saharauis. La encuesta nutricional del 2012, indica una prevalencia de malnutrición aguada de 7,6% que va desde el 6% en Ausserd a casi un 11% en El Aiún.
Cruz Roja Española tiene presencia en el Sáhara desde 1996. A lo largo de este tiempo ha desarrollado una estrategia de intervención dirigida a cubrir necesidades básicas de la población como el apoyo en la alimentación básica a través de la distribución de alimentos de primera necesidad, y la creación y mantenimiento de un stock de seguridad alimentaria que garantice la manutención a largo plazo.
Especialmente complicada es la situación que se vive en Líbano, donde el número de refugiados sirios que escapan del conflicto, que estalló hace ahora tres años, supera ya el millón de personas. Desde 2013, Cruz Roja Española, junto con la Media Luna Roja Palestina en Líbano (MLRP-L) apoya a mujeres refugiadas sirias y mujeres libanesas de las comunidades de acogida en la asistencia obstétrica y ginecológica en 5 hospitales gestionados por la agencia libanesa. - NdP Cruz Roja