Crecimiento para España, aunque con una ligera recesión en mitad de 2015, se mantiene el alto desempleo, e incumplimiento del déficit. Son las previsiones que ha presentado hoy la Comisión Europea para otoño, menos alentadoras que las de primavera para el conjunto de la UE, que ve como muchos de sus Estados miembros tienen sus economías estancadas.
España crecerá a un 1,2% en 2014, un 1,7% en 2015 y 2,2% en 2016, unas previsiones que mejoran las de la pasada primavera, pero no en el conjunto de la UE. «Las previsiones económicas de España nos han sorprendido positivamente», ha afirmado el nuevo comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici. Aún así, el Ejecutivo comunitario alerta del alto desempleo en España, que a pesar de haberse reducido sigue «muy alto».
La tasa de paro cerrará el año con un 24,8% y seguirá a la baja, en 2016, al 22,2%. El vicepresidente de Empleo y Crecimiento, Jyrki Katainen, ha admitido las grandes desigualdades que persistirán entre países en la tasa de desempleo que se prevén entre «el 5% de Alemania, al más del 20% en España y Grecia».
El déficit, punto de discordia entre los Estados miembros y Bruselas, sigue alto para España y sigue incumpliendo los objetivos: será de un 5,6% en 2014, lejos del 3% que pide como un mantra la Comisión Europea. No se acercará a la cifra en 2015, que será del 4,6%, ni tampoco en 2016, en el que se prevé un 3,9%.
Por su parte, el riesgo de deflación sigue rondando a los Veintiocho: España en 2014 tendrá una inflación negativa, -0,1%, para luego subir en 2015 y 2016. Una tónica general en toda la UE: 0,6% en 2014, 1% en 2015 y 1,6% en 2016.
El otoño ha traído al nuevo Ejecutivo comunitario menos positivismo primaveral que lució en mayo. Países como España que entrarán en recesión en 2015 se deberá a la disminución de exportaciones a países comunitarios cuya economía tiene un crecimiento negativo, como en el caso de Italia o Alemania. A la pregunta de si las tensiones políticas en Cataluña o los últimos escándalos de corrupción han afectado a las previsiones, Moscovici ha afirmado que son cuestiones «de gran importancia política», pero se ha negado a hacer valoraciones sobre su impacto económico.