«Recortes europeos» hasta en las horas

Uno de los «recortes» que afectan a todos los europeos, de norte a sur y sin distinción entre ricos y pobres es el de la hora de verano. Esta noche todos los relojes se han adelantado una hora. El domingo 31 de marzo pasa a tener 23 horas en lugar de las 24 habituales, o lo que es lo mismo 60 minutos menos que un día normal. Comienza el horario de verano.

Reloj
Reloj / Foto: eXp

Según las autoridades europeas, esta medida permite un ahorro aproximado del 5 por ciento de energía, en España eso significa unos 300 millones de euros. El cambio de hora se debe a la Directiva Comunitaria 2000/84/CE de obligado cumplimiento en los veintisiete Estados miembros. En enero de 2001 el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo aprobaron la Novena Directiva en la que se realiza el cambio de hora dos veces al año con carácter indefinido. El horario de verano comienza el último domingo de marzo y concluye el último domingo de octubre.

El cambio de hora se inició durante la Primera Guerra Mundial para ahorrar carbón y en 1974 empezó a generalizarse. La crisis del petróleo empujó a los países occidentales a buscar formas de ahorro, y adelantaron los relojes para aprovechar mejor la luz del sol y gastar menos electricidad.

Los cambios de horario, una medida muy criticada por algunos sectores sociales son bien vistos por la industria. Los sectores más beneficiados son el transporte, la industria, el turismo, el ocio y las comunicaciones. En España se calcula que los hogares ahorran unos 90 millones de euros, mientras que el 210 millones corresponden al sector terciario y la industria. No lo vé de la misma manera la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios (ARHOE), que ha pedido al gobierno que se elimine los cambios y que deje de utilizarse el horario de Berlín, que se adoptó hace 71 años y se establezca el del Meridiano de Greenwich, que es el que rige en el Reino Unido y Portugal.

También la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, indican que las variaciones horarias afectan sobretodo a las personas con el «sueño frágil» o de «estado emocional débil». Los psiquiátras también señalan que se pueden producir trastornos de ansiedad o del sueño. Aun así hay muchas personas que no notan ningún efecto sobre su salud.