Le falto un gol al equipo blanco para lograr su objetivo. Ganó dos a cero, sólo a un gol del triunfo total. Esto hace que la frustración sea más dolorosa.
José Mourinho al final del partido criticó al arbitro. De alguna manera lo culpó del descalabro merengue. Este hombre no tiene remedio, definitivamente.
Los primeros veinte minutos de la contienda se puede afirmar que sin duda fueron para el Real Madrid, para los merengues, para el equipo blanco. Si embargo hubo después de estos primeros 20 una especie de vacío (los alemanes jugaron más que los blancos, a pesar de que éstos pusieron todo y más en el terreno de juego, corazón, entrega, etc.) que creó una atmósfera en la batalla en la que se veía que el R Madrid tenía pocas alternativas para marcar gol.
Tuvo, eso sí, el conjunto de casa tres claras ocasiones de gol que malograron Higuain, Cristiano Ronaldo y Özil. Las mismas tres claras ocasiones que dispusieron los alemanes y que también malograron.
Gran equipo el B. Dortmund, que sufrió un martirio al final del choque. Y es que todo se precipitó como una tormenta descargando rayos y truenos contra el equipo germano a partir del minuto 81. En este instante llegó el primer gol madridista, fue su autor Benzema. Gol fruto de una de las más bonitas jugadas de todo el choque, una combinación entre Kaká y Özil que acaba en forma de gol Benzema. Esto hizo que los madridistas comenzaran a soñar y se entregaran como nunca en pos de la victoria.
En el minuto 87 Sergio Ramos marcaba de nuevo para el equipo capitalino y el delirio se desataba en las gradas.
Fue un final agónico para ambas escuadras. Ese tercer gol que daba el pase a los blancos no llegaba. El árbitro prolongó el encuentro unos cinco minutos más pero el gol no se hizo realidad. Sí las lagrimas y los lamentos.
Palo durísimo al Real Madrid, que mostró ganas, garra, actitud, lucha entrega, pero, ¡ay!, poco juego, poco control del balón (mérito éste del señor Pepe Mourinho, del señor que gana 12. 000 euros diarios). Sólo a ramalazos y con corazón no se consigue nada. (¡Dios Santo, el vídeo que hizo la «Casa Blanca» para animar a la afición y hacer creer en el milagro. ¡Jooer, que cosa mas cursilona!, en fin).
La afición , la sufrida afición blanca despidió a los suyos con agradecimiento (hay gente pato) y con la ilusión de lograr la tan preciada Copa del Rey para así no decir que esta temporada ha sido un absoluto fracaso.
Mouriñín, devuelve la pasta, devuelve el dinero. Marcha, chaval (dicho esto con cariño y respeto; así, coloquialmente, como si estuviéramos en la barra de un bar).
El Real Madrid eliminado de la Liga de Campeones. A ver si el próximo año. Ánimo. Ánimo D. Florentino, ingeniero.