Ése ha sido su mensaje al pleno popular y antes a la canciller alemana, Angela Merkel, y al presidente francés, Nicolas Sarkozy, con quienes se ha entrevistado en privado. No lo ha citado expresamente, pero Rajoy ve entre esos medios necesarios la intervención del Banco Central Europeo en la crisis de deuda, a la que se opone el tándem francoalemán. «Soy consciente de que estas intervenciones requieren un entorno de seguridad y de una mayor disciplina que eviten la irresponsabilidad presupuestaria. Pues adelante, hagámoslo. España lo apoyará».
Rajoy confía en que se alcancen acuerdos en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la UE, a la que no asistirá. Lo hará el actual presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con quien ha consensuado la posición española ante el Consejo.
El presidente del PP español ha tenido oportunidad este jueves de exponer las líneas generales de la actuación española ante sus colegas europeos. Lo primero, cumplir impecablemente con los objetivos de déficit, porque «la estabilidad de la economía y el equilibrio de las cuentas públicas son condiciones necesarias para lograr un desarrollo sostenible y estable, capaz de generar empleo».
Después, Rajoy ha reiterado su compromiso para desarrollar la regla de oro ya introducida en la Constitución española para conseguir el equilibrio de las cuentas públicas y «hacer de la austeridad en la gestión de los recursos públicos una norma de conducta permanente».
La tercera pata de su plan de choque será una profunda reforma laboral y, por último, una reforma del sistema financiero. «España solo podrá crecer si el crédito vuelve a fluir a las familias y a las empresas españolas», ha dicho Rajoy.
El líder popular cuenta con el voto mayoritario recibido en las elecciones del 20N, en las que, según ha dicho, España votó consciente de la responsabilidad y de los sacrificios exigidos.»