Rajoy ha reconocido que la situación es «muy complicada» y que en estas condiciones «es difícil financiarse», pero insiste en que el gobierno español está tomando las medidas adecuadas para reducir el déficit, hacer reformas y sanear el sistema financiero.
El presidente dice que el debate sobre austeridad y crecimiento tiene poco sentido, «porque una cosa es compatible con la otra y una es necesaria para la otra». Pero añade un tercer factor, una mayor implicación de la UE en la crisis de deuda: «Austeridad sí, crecimiento también, pero me gustaría también un mensaje claro, contundente, en defensa del proyecto del euro y una afirmación de la sostenibilidad de la deuda pública de todos los países europeos que en estos momentos está sometida a discusión», ha subrayado Rajoy.
El mensaje, poco después de tener los primeros datos de los mercados, revelaba la gravedad de la situación, pero Rajoy ha venido a descartar la posibilidad de un rescate a España, negado, por otra parte permanentemente por los líderes europeos. «El gobierno sabe lo que tiene que hacer. Somos conscientes de la dificultad, vamos a continuar haciéndolo. El corto plazo va a ser difícil, pero vamos a salir adelante».
La prima de riesgo española (el diferencial con el bono alemán) ha llegado a alcanzar los 507 puntos básicos y el interés que los inversores exigen a los bonos españoles ha subido al 6,5%, mientras el Ibex35 se hundía.
La mayoría de los expertos colocan en los 400 puntos de la prima de riesgo y en el 7% la rentabilidad de los bonos como límite crítico para que la UE intervenga con un programa de ayuda financiera. Sin embargo, los rescates que se han realizado hasta ahora en la eurozona se decidieron con niveles más altos. Grecia, en casi 1.000 puntos; Portugal, en algo más de 600; e Irlanda rozaba los 580 puntos. En todos los casos se superaba el 7% de interés por su deuda.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ya dijo durante la reunión del Eurogrupo este lunes que el nivel de la prima de riesgo de España «no es sostenible» y reclamó ayuda de la eurozona para frenar el contagio de la crisis griega. Sin embargo, no quiso pronunciarse sobre una petición al Banco Central Europeo para que reanude sus compras de deuda española.