Fundamental para España es que se ponga en marcha cuanto antes el mecanismo europeo de supervisor bancario único, que permitirá la recapitalización directa de los bancos sin repercusión sobre la deuda pública. A Rajoy le habría gustado que el proceso se acelerara más, pero está satisfecho con la propuesta presentada por la Comisión Europea.
Ahora que se ha concretado la cantidad que necesitan los bancos españoles en 40.000 millones de euros, el presidente del gobierno considera que es «importante avanzar en la recapitalización directa, este asunto es menos acuciante que en junio, cuando desconocíamos el coste de esa recapitalización».
Rajoy, que ha definido a su gobierno como «el más reformador de Europa», cree que superación de la crisis pasa por hacer reformas nacionales, peo también europeas. «Especialmente importante es la idea de que la Eurozona cuente con una capacidad fiscal propia. Eso significa que estamos discutiendo la creación de un verdadero Presupuesto para la Eurozona y una política fiscal integrada», ha dicho el jefe del ejecutivo, que finalmente ha calificado la cumbre europea de «puente de enlace y maduración», porque «se ha enviado un mensaje de unidad y determinación en el proceso de integración europea».
La oposición parlamentaria española ha echado abajo esta versión optimista del gobierno y ha reclamado un mayor papel en las decisiones que se toman. El portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha argumentado que ya que se ha cedido mucha soberanía a la UE, puede pasar que el país se levante un día y se encuentre que las decisiones no se discuten en territorio nacional, sino fuera.
Rubalcaba ha dicho que el último Consejo Europeo fue positivo para la Unión Europea, pero malo para España, por el retraso en la supervisión bancaria única y porque el plan de crecimiento y empleo se ha quedado en «pura retórica». El secretario general del PSOE ha pedido a Rajoy que «tire» de este plan en Europa porque «que no salga adelante es pura y sencillamente un desastre».