«Este es el paraíso y quieren destruirlo. El impacto psicológico que nos están ocasionando es enorme», resume Guido Melinao, dirigente de la comunidad mapuche Valeriano Cayicul, para describir el proyecto de la Central Hidroeléctrica Neltume, del consorcio hispano-italiano Endesa-Enel. Con una inversión de 781 millones de dólares, la central alcanzaría una capacidad instalada de 490 megavatios y generaría anualmente una media de unos 1.885 gigavatios/hora.
Además de la central, que utilizará las aguas del río Fuy y desembocará en el lago Neltume, el plan de Endesa-Enel incluye una línea de alta tensión para distribuir la electricidad en el Sistema Interconectado Central de Chile. El proyecto se encuentra, desde 2010, en el registro del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, pero ha sido retirado tras recibir más de 500 observaciones. Las empresas lo han vuelto a presentar.
En enero de 2011 el Consejo Regional lo rechazó por que era incompatible con políticas, planes y programas de desarrollo local y comunitario. Sin embargo, aún no hay una respuesta oficial final sobre su construcción. Neltume es una localidad ubicada en la comuna de Panguipulli, 860 kilómetros al sur de Santiago. La zonade la Región de los Ríos, denominada Siete Lagos, es una de las más concurridas en la temporada alta de turismo.
Su amplio patrimonio natural viene avalado por la gran diversidad de bosques, ríos, lagos, lagunas y esteros. «Se trata de una tierra de refugio para las comunidades que, pese a la expansión (de la industria) forestal del siglo XX, se pudieron acomodar a sus propios espacios y territorios», explica el director del Departamento de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado, Juan Carlos Skewes. El investigador ha dirigido en esa zona un estudio antropológico sobre «Los paisajes del agua. Prácticas sociales y sostenibilidad en la cuenca hidrográfica del Río Valdivia».
La «forma que las comunidades tienen de poblar su territorio responde a patrones muy antiguos, arqueológicos» que, en esencia, consisten en «el emplazamiento con vista hacia la salida del sol, tratando de conservar siempre la vinculación entre el volcán y el lago». El Neltume está rodeado de cerros de la Cordillera de los Andes y con vistas al volcán Choshuenco. En una de sus orillas se emplaza el «rewe», o tótem, parte fundamental de un complejo ceremonial de los mapuches huilliches (sureños), que habitan la zona.
Jorge Weke, «werkén» (portavoz) del Parlamento de Koz Koz de Panguipulli, afirma que la empresa conseguirá «profanar ese complejo, lo que es un sacrilegio». Skewes explica que ese escenario «no es visible para los chilenos y está poco documentado también en la literatura. Estamos frente a una práctica que tiene por lo menos 700 años desde la perspectiva arqueológica y que permanece hasta hoy».
En el fondo del lago hay «una especie de arqueología subacuática de la cual solamente los mapuches tienen conciencia», formada por las osamentas de toros, ofrendas sagradas que sacrifican en sus ceremonias. Las obras elevarán el nivel del lago y, por lo tanto, sumergirán la pampa donde se instala el rewe. Skewes cree que también alterarán la temperatura del agua, con efectos en la biodiversidad de la zona. Además, se removerán las osamentas depositadas en el lecho lacustre.
En la cosmovisión mapuche, un aspecto central son los «ngen», espíritus dueños de la naturaleza. Agua, aire, bosque, cada uno está resguardado por un dueño que debe ser respetado. De lo contrario este se aleja, llevándose consigo el elemento natural que custodia, nos describe el antropólogo. Por eso, las intensas lluvias caídas durante el último «nguillatún» (ceremonia mapuche), en diciembre, fueron un «pésimo presagio» para los mapuches. «No solo porque llovió en forma abundante, sino porque la lluvia hizo crecer el nivel del lago al que llegaría de concretarse el proyecto de la central hidroeléctrica. Por eso hicieron sus rogativas literalmente con los pies dentro del agua».
Esto les «genera un estrés fuerte» porque entienden el comportamiento del clima «como un reflejo del comportamiento de los seres humanos». Además, los mapuches de la zona denuncian que la obra destruirá decenas de especies vegetales medicinales, como el matico (Buddleja globosa), el canelo (Drimys winteri) y el laurel chileno (Laurelia sempervirens).
Hasta el momento, cinco comunidades, con centenares de personas, se oponen al proyecto. Solo está a favor un grupo de la comunidad Juan Quintumán, cuyos dirigentes no han querido exponer sus argumentos. Sin embargo, es vox populi que la empresa entregó a algunos comuneros dinero, materiales de construcción para mejorar sus viviendas, forrajes y animales. Las diferentes posturas han dado pie a rivalidades entre comunidades hermanas que, a juicio de Skewes, perdurarán durante tres generaciones más. Se «crea una fractura interna que es bastante profunda».
Endesa Chile ha comunicado que está presente «en la comunidad Juan Quintumán y en las localidades de Neltume, Choshuenco y Puerto Fuy desde 2007, manteniendo un estrecho lazo de trabajo que ha potenciado el desarrollo de diversos proyectos en los ámbitos de la cultura, infraestructura, salud y educación». Skewes critica la «psicopatía pública» del Estado, que pretende que una empresa trasnacional pueda establecer un diálogo de iguales con una familia indígena que habita las cercanías del Neltume.
De momento, los detractores del proyecto no quieren ser parte de la consulta establecida en la nueva ley ambiental, porque consideran que se presenta como alternativa al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, que obliga a consultar a esas poblaciones sobre proyectos que se prevén realizar en sus territorios.
Weke viajó a Italia y planteó la oposición de su gente ante el directorio de Enel. Guido Melinao, también visitó las embajadas de ese país y de España en Santiago. Es tajante cuando dice «moriremos luchando por nuestro terreno».